lunes, 18 de enero de 2016

MORATE SE ABRAZÓ AL POLICÍA DE SU MADRE




Sergio Morate, el presunto asesino de Marina Okarynska y Laura del Hoyo, se ha negado a declarar, pero no a hablar. Las buenas artes de los investigadores de Homicidios lograron que contara algunos detalles de su doble crimen, sin llegar a confesar las muertes. "Evitó esa palabra. No dijo las he matado. Sabe lo que se hace", explica un veterano agente mientras recuerda que engañó a tres supuestos amigos para lograr huir: a uno le pidió un coche; a otro, ayuda para deshacerse de los cuerpos y al tercero que lo cobijara en su casa.  

Cinco de septiembre de 2015. Morate aterriza en España desde la capital rumana. Un mes antes mató a su exnovia y a una amiga de ésta. Ha estado en la cárcel desde mediados de agosto pero solo ha hablado para decir que no quiere que lo traigan a nuestro país. Homicidios ha preparado el traslado. Morate viajará de Madrid a los juzgados de Cuenca en el asiento trasero de un vehículo policial. A cada lado un agente de Homicidios. El conductor y el copiloto son geos. A uno de los policías que le flanquean le ha dado un abrazo al verlo. Es el mismo que ha estado en contacto con su madre desde que ocurrió todo. La mujer, destrozada pero colaboradora, le ha hablado a su hijo por teléfono de ese investigador, reconocible físicamente. Es el primer vínculo de Morate con su vida antes de que asesinara a las dos mujeres. "¿Eres tú?", le pregunta. El investigador asiente.

En el coche comienza a hablar. No es locuaz. Está convencido de que la Policía tiene todos los elementos para que lo acusen del doble crimen y quiere saber a qué atenerse... En Rumanía ha hecho consultas en Internet sobre los requisitos para la aplicación de la prisión permanente revisable que había entrado en vigor un mes antes. Hay partes de su relato que no resultan creíbles, pero el resto está apoyado por las investigaciones. Faltan pruebas científicas, falta una declaración del autor pero el que sigue es el relato fijado de un crimen machista que acabó con la vida de dos mujeres y los sueños de tres familias. 

Sergio Morate decide matar a Marina, su exnovia, incapaz de aceptar que ella lo haya abandonado tras cinco años de relación. La joven ha vuelto de Ucrania para quedarse; él ignora que se ha casado (se entera durante ese traslado por boca de los agentes). Quedan por teléfono. Una semana antes él ha comprado el arma homicida (unas bridas) y los elementos para hacerla desaparecer: bolsas negras industriales y cal... hay también un pico y una azada pero esas herramientas podían estar en la finca familiar en Chillarón (al menos allí paró para cogerlas junto a una botella de agua de la Virgen de Fátima, que su madre encargaba con asiduidad).  

Pasadas las cinco de la tarde Marina se presenta y le anuncia que viene con Laura a buscar sus pertenencias. Morate contó a los investigadores que él trató de impedir que subieran porque solo quería matar a Marina. Las dos amigas entran al piso. La ucraniana va directa al dormitorio y él la sigue; la enlaza por detrás con la brida y la mata al instante. Laura, al advertir el peligro intenta huir, pero el asesino ha cerrado con llave la puerta.   

QUERÍA "AJUSTARLE LAS CUENTAS"  

Poco después llega a la casa Alexander E., un preso colombiano de permiso con el que había hecho amistad en la cárcel de Cuenca. Habían quedado semanas antes para ir juntos a un concierto en Alicante donde tiene el domicilio el suramericano, en busca de una posible coartada. "Tengo ahí a Marina. Me he vuelto loco", le dice a Alexander y le pide ayuda (algo que el colombiano negó dos veces a la Policía). El preso se marcha sin ayudarle y Morate tiene que deshacerse de los dos cuerpos solo. Las introduce en sendas bolsas negras industriales -se encontró el rollo completo salvo dos- y las baja en el ascensor, sin que nadie lo vea, al garaje. Allí en su plaza habitual permanece estacionado un Seat Ibiza rojo que había pedido prestado a un amigo esa misma mañana. 


Ni en el ascensor ni el coche se han encontrado de momento restos de las víctimas, envueltas como iban en esas enormes bolsas que no fueron halladas igual que no han aparecido los guantes que con seguridad empleó el autor. Desde el piso de Cuenca, en la soledad de la bochornosa tarde de agosto, Morate conduce con las dos víctimas hasta la finca de Chillarón donde está el negocio de muebles con el que se gana la vida la familia. Coge las herramientas y el agua y mete todo en el coche. Luego va (casi seguro en otro vehículo a Palomeras y cena en su casa). Al caer la noche conduce el Seat Ibiza hasta el nacimiento del río Huécar donde tiene la tumba de Marina medio preparada. Exhausto deja el enterramiento a medias y escapa abandonando allí el pico, la azada y la botella de agua de Fátima con su ADN. "Me agoté y lo dejé sin acabar. Tuve agujetas durante una semana. Cuando llegué a Rumanía todavía me duraban", les cuenta a los agentes en el coche. Les dice también que quería "ajustarle las cuentas" a Marina. 

Esa misma noche escapa en su Seat Ibiza verde, inmaculado porque en él no ha traslado a las víctimas. Enfila hacia Rumanía pero como un animal acorralado cada vez que ve una luz que le recuerda a un coche policial o una posible cámara de control abandona su ruta. "Da vueltas y se pierde varias veces", señalan los investigadores hasta que llama a su amigo Itsvan Hortvath que va a recogerlo a Hungría.   

Su huida acaba pronto. La suerte se alía con los investigadores y en menos de una semana logran dar con él, recién llegado a casa del expreso rumano en Timisoara. Un mes después cuando lo trasladan es cuando habla por primera vez con los agentes. El viernes se lo contaron al juez de viva voz aunque en septiembre cada uno realizó un escrito de esa charla, se unificó y consta en el procedimiento. Al día siguiente del traslado y la "confesión" los dos policías se entrevistan en la cárcel de Valdemoro con el colombiano Alexander que había negado dos veces estar al tanto de lo que ocurrió. Esta vez, sí tuvo que reconocer que había estado en la casa de Morate en Cuenca, en la urbanización Ars Natura, y que su amigo le pidió ayuda y le contó que tenía allí a Marina.

La instrucción no ha concluido. Morate, con las secuelas de un cáncer de testículos y una intensa depresión, fue capaz de borrar pruebas y preparar su plan macabro. No hace falta su confesión, pero aún tiene que volver ante el juez. Como intuía cuando se sentó en ese coche entre dos policías, los investigadores lo tenían casi todo.  

sábado, 17 de octubre de 2015

DIOS VIVE EN UN LABORATORIO DE ADN

Rosario Porto y Alfonso Basterra durante una sesión del juicio     Foto: Miguel Muñiz
"No hay elemento objetivo para determinar que haya alguna contaminación interna". Uno dice esto ante un Tribunal y luego se va a su casa a comer tranquilamente. Total, es un análisis más. No es tan importante. Hay otras pruebas. Esto es ciencia debe de pensar; lo que no se demuestra, no existe. Pero y si después de esa negación categórica un hombre, uno cualquiera, tuviera que ir a prisión. No sería la primera vez, pero la supuesta ciencia y la soberbia y el no reconocimiento de un error evidente ocupan el peldaño superior. 

Lo que ocurrió ayer ante la Sala que juzga a Rosario Porto y a Alfonso Basterra por el asesinato de su hija es tan sencillo como bochornoso para la Guardia Civil. Seis técnicos del Laboratorio de ADN de Criminalística de la Guardia Civil se sentaron ante el Jurado con un propósito claro: que no se les entendiera y que no tuvieran que reconocer una equivocación clara en sus análisis. No lo hicieron por escrito hace casi dos años, aunque me consta que se les conminó a ello (sin éxito está claro) y han persistido ante un Tribunal. Imaginen cómo fue la exposición que el propio juez (presidente del Jurado) les dijo que no le había quedado clara y si no lo entendió el magistrado supongo que los once miembros que han de dar su veredicto no lo tendrían más fácil. 

Todo lo que explicaron deriva en la misma conclusión para alguien que aplique un razonamiento básico: restos de semen de un preservativo que se estaba analizando (había una denuncia de agresión sexual que nada tiene que ver con este caso) acabaron en la camiseta de Asunta. Contaminaron solo algunas muestras, no todas. Se usaron las mismas tijeras, distintas pipetas, dijeron, y el mismo frigorífico (con las muestras separadas más de tres metros, insistieron ellos). Explicaron su doble proceso de análisis para saber qué había ocurrido, pero sin encontrar una respuesta clara, decidieron que no había conexión directa entre ambos casos y con ese presupuesto eligieron la hipótesis favorable a ellos mismos y a su Laboratorio. La más fácil y la que no les acarrearía problemas. Todo perfecto salvo por un pequeño detalle: no hay ni un solo indicio en el resto de la investigación que conecte al dueño de ese ADN (el colombiano Ramiro Cerón) con Asunta viva o muerta. 

De manera que si ellos o el Dios del laboratorio con el que trabajan no se ha equivocado, se habrán equivocado sus compañeros, los investigadores de A Coruña porque no es posible a la vez aceptar A y B. Eso lo aprecia cualquiera con un mínimo sentido común, mucho más los responsables de un Cuerpo como la Guardia Civil que lleva casi dos siglos investigando a criminales. ¿Nadie en dos años ha sido capaz de sentarse con unos y otros (que visten el mismo uniforme y se supone que son leales a los mismo principios) para que se pongan de acuerdo antes de llegar a un Tribunal a jugar a la ambigüedad, sembrar dudas y jugar con la inocencia (sí eso dijo la Audiencia de La Coruña) de un hombre? La respuesta la vieron el viernes. No todo vale. Ni siquiera una acreditación de calidad. Dios suele elegir mejor los lugares en los que trabaja. 

jueves, 16 de julio de 2015

REGRESO A LA SEMANA NEGRA

...si hubiera sabido lo difícil que era escribir un libro, no me habría puesto a ello, y no pienso volver a hacerlo. Son palabras de Mark Twain que me apliqué a conciencia tras publicar "Palabra de vor" sobre los mafiosos rusos en España hace ya cinco años. Pasa el tiempo, pasa hasta Twain y un día te conviertes en reincidente. Vuelves a recordar lo difícil que es y te juras no volver a hacerlo, pero escribes hasta el final, con la incertidumbre y la soledad que siempre traslada la página en blanco. 

Ahora, camino de Gijón, con los nervios del alumno aplicado y las ganas de disfrutar de cada minuto de mi tiempo en la Semana Negra, no me puedo alegrar más de mi reincidencia. Presentar en ese festival de palabras y amor a los libros "El crimen de Asunta" es la mejor recompensa. Ser finalista por segunda vez del Premio Rodolfo Walsh lo tomo como un premio. El regalo es compartir de nuevo espacios con escritores a los que admiro y con lectores tan ávidos de literatura como todos los locos que nos olvidamos de Twain y reincidimos frente al papel o el ordenador una y otra vez. 



martes, 30 de junio de 2015

INTERIOR Y SUS VARAS "MIDE COMISARIOS"


Interior ha cesado a otros dos comisarios. A este ritmo de aquí al final de la legislatura se van a batir récord de quitar y poner jefes. Cada pocas semanas aparece una razón, pretexto o fundamento para remover escalafón. Si existiera la medalla al "cesador", la ganaría sin duda el director adjunto operativo (DAO), Eugenio Pino, con el respaldo del ministro del Interior. Hace unos días, Pino comunicó a los comisarios principales Miguel Ángel Santano y Telesforo Rubio que les apartaba de sus puestos porque les habían fotografiado tomando café con el diputado socialista Antonio Trevín en un bar cercano al Congreso. La imagen fue publicada por "La Razón" y la Dirección General de la Policía y el Ministerio no perdieron detalle, a tenor de las prisas. Son los dos últimos damnificados: antes la medida afectó al jefe de Asuntos Internos, al comisario de Chamartín y al "número 2" de la Jefatura de Madrid, a cada uno por razones distintas porque para eso son "puestos de confianza". Ese es el motivo que argumentó el ministro en el Congreso el pasado día 23 cuando se le preguntó por el último caso.  

Santano y Rubio son, además, dos viejas "bestias" para el PP. Ninguno ha negado jamás sus filias políticas, algo que les honra frente a tanto cambio de uniforme según el viento. A ambos les nombró el PSOE para cargos clave en 2004. Al primero lo colocó al frente de la Comisaría General de Policía Científica, su especialidad, y en la que realizó un magnífico trabajo; al segundo le encomendó la delicada Comisaría General de Información de la que salió escaldado con los enredos y maniobras nunca mitigados del 11-M y el chivatazo a ETA. Con la llegada al poder del PP ambos cayeron en desgracia -lo habitual en un Cuerpo sometido a los vaivenes de los políticos de turno-. Rubio estaba ahora asignado a la Subdirección de Recursos Humanos y Santano, arrinconado en el Consejo Asesor, un cementerio de elefantes o esquimales bien remunerado y de escasa o nula utilidad. Ninguno tenía ni coche oficial ni conductor como se publicó.

Pero la foto los ha removido de esos destinos tan cómodos como inoperativos. El PSOE reaccionó y registró varias preguntas parlamentarias. Quién ordenó seguir al diputado Trevín y por qué; en qué razón legal se basa el Gobierno para cesar a los dos comisarios, una decisión que califican de "arbitraria y sin apoyatura legal", además de suponer una "vulneración de derechos fundamentales". Sostienen que se quiere amedrentar a los agentes a base de medidas disciplinarias y retoman el concepto de que Interior está utilizando una "policía política".  Son todas acusaciones graves a las que el Ministerio tendría que responder cuanto antes. Pero la respuesta de Jorge Fernández Díaz fue: "Si ustedes pretendían con estas preguntas presionarme, están equivocados...Se pueden reunir cuando quieran pero siempre de forma adecuada..."

Todo muy transparente, en la línea de Interior y del CNP de los últimos tiempos. A Rubio lo han enviado a la Subdirección de Logística y a Santano lo han nombrado comisario zonal dependiendo de la Jefatura de Madrid. El Sindicato Unificado de Policía (SUP), mayoritario en el Cuerpo, lo tiene claro: no hay incompatibilidad entre ser comisario principal y ciudadano por lo que denuncian el "absurdo proceder del ministro" contra unos profesionales con más de cuarenta años de servicio. El cese evidencia una vez más las distintas varas de medir de Interior, que distribuye puestos y prebendas con holgura amparándose siempre en el mismo argumento: la confianza.

martes, 12 de mayo de 2015

UN JURADO FRENTE A UNOS PADRES

Una nota escueta del Tribunal Superior de Justicia de Galicia confirma el inicio del juicio por el asesinato de Asunta: el 23 de junio, día en que se constituirá el Tribunal del Jurado. Los acusados, sus padres adoptivos Alfonso Basterra y Rosario Porto declararán, si se cumple el calendario, el 25 y el 26. La gran pregunta es si alguno de los dos, encarcelados desde hace 45 meses, acusará al otro o aportará algún dato, alguna respuesta que sirva para explicar lo inexplicable o encienda algún punto de luz en medio de una historia tan oscura, incomprensible y terrorífica. Lo he escrito y dicho infinidad de veces: no hay precedentes en la geografía del crimen nacional de unos padres que se concierten para matar a una hija, una niña de 13 años, como sostienen la Fiscalía y las acusaciones. 


Será un juicio largo (hasta el 17 de julio), intenso y emotivo, con decenas de testimonios y periciales a partir de las que los nueve miembros del Jurado tendrán que decidir si la frágil Porto y el impertérrito Basterra  (ambos al menos en apariencia) son culpables o inocentes. Yo creo que ninguno colaborará más allá de lo ya dicho y escrito, pero tengo mis reservas: el horizonte penal es largo (18 años pide el fiscal y 20 la acusación popular) y ambos saben ya lo que es convivir con todo tipo de presos. Él además ya se semiexculpó en el escrito de defensa de su abogada. Le he dedicado tantas horas a este caso y me ha desgarrado tanto la imagen de esa criatura en una cuneta que deseo por encima de todo que se le haga justicia...Nueve hombres y un juez tienen la palabra. 


Os dejo este enlace, las primeras páginas de mi libro "El crimen de Asunta" editado por La Esfera de los Libros. Por si os apetece ahondar en el caso antes de que empiece el juicio. 
 

http://www.esferalibros.com/uploads/ficheros/libros/primeras-paginas/201412/primeras-paginas-paginas-del-libro-es.pdf

lunes, 11 de mayo de 2015

EL INSPECTOR BUSCABA NUEVAS PRESAS




"No hay tregua con los que abusan de menores y si es colega, menos aún". Es el mensaje de la Unidad de Investigación Tecnológica de la Policía tras detener a un inspector -"este para nosotros no es ya compañero"-, acusado de abusar de menores, grabarlos y almacenar abundante material de pornografía infantil. Hasta ahí una más de la cruzada que llevan a cabo Policía y Guardia Civil contra la pederastia en la red, salvo por dos detalles relevantes. Uno, el hecho de que el arrestado sea un inspector del CNP provocó que se filtrara la noticia con la operación a medias. Dos, el segundo objetivo importante no estaba aún "maduro", en el argot policial, por lo que no se le había detenido todavía. 

Ahora "habrá tomado buena nota y habrá quemado ya los ordenadores o los habrá tirado por la ventana", lamentan fuentes policiales. Y es un tipo "muy relevante para esta investigación". Ante la publicación de la noticia ayer domingo en "El Mundo", el TSJ de Madrid ha enviado hoy una breve nota aclarando algunos puntos. 

"El magistrado titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Torrejón de Ardoz, en función de guardia de detenidos, ha acordado la prisión provisional comunicada y sin fianza del inspector detenido la pasada semana por estar presuntamente en posesión de material pornográfico. 

Sobre el inspector pesa, en principio, una imputación por la supuesta comisión de un delito de posesión de material de pornografía infantil y otra por la supuesta comisión de un delito de prostitución infantil". 

El inspector había sido detenido por la BIT en enero mientras estaba destinado en la Brigada de Policía Judicial de Alicante. El Juzgado número 5 se encargó del asunto y es el que sigue llevándolo, aunque exhortó al de Torrejón para la detención. Al policía se le intervino muchísimo material pornográfico y quedó imputado por posesión. Al analizarlo los investigadores descubrieron vídeos en el que él abusaba de niños de entre 11 y 14 años. "Llevaba mucho tiempo haciéndolo", según fuentes del caso. 

Poco después pidió traslado a Madrid, a la Brigada de Extranjería y al no estar condenado se le autorizó. Pero sus compañeros no le han perdido de vista. Averiguaron que estaba buscando víctimas nuevas, sin éxito hasta donde se ha podido saber. Ante el riesgo de que volviera a actuar, la semana pasada le colocaron las esposas, pero no pudieron hacer lo mismo con otro de los sospechosos.  La operación tiene mucho más calado aunque no hay confianza en culminarla con éxito debido a la publicación de la noticia, un aviso a gritos para el resto de pederastas que se relacionaran con él.  


domingo, 1 de febrero de 2015

"CHARLIE NICOLÁS"

Francisco Nicolás en un fotomontaje

Los embaucadores fascinan. Unos más que otros. Yo me embelesé a finales de los noventa con José Manuel Quintía Barreiros, "el capitán Timo", quien vestido de almirante o capitán levantó millones a unos cuantos a golpe de "Viva España" y el Ejército; en cambio, el puntiagudo y ombliguista Francisco Nicolás, "Charlie" para los crédulos universales, no ha logrado conmoverme ni medio minuto. Como a los malos magos se le ve el truco hasta en la última fila. Carne de cañón aderezada con ínfulas de niño bien en lugar de raterillo de bolso y tirón. 

Confieso que me provoca hastío periodístico y vital. Abre la boca y mis neuronas ansiosas de entrevistas deseadas se apagan una a una. Su "florida ideación" da para tapizar esos jardines de Zarzuela que asegura haber frecuentado. Repasando el historial del "capitán Timo" me ha sorprendido encontrar algunas similitudes en la forma de actuar (mucho más elaborada la puesta en escena de Quintía, sin duda), pero pertenecen a dos galaxias. Durante el juicio de quien se hizo pasar por marqués y caballero, todos los que declararon destacaron su notable inteligencia (también la pericial psicológica) y su elegancia a la hora de tratar a la gente. Hubo un pequeño constructor a quien adeudaba 700.000 pesetas que aseguró que lo invitaría a café pese a no haber cobrado jamás y un general estafado que admitió cierto "síndrome de Estocolmo". 

Nicolás, en cambio, lisonjero, hace esperar a sus citas hasta el hastío y las abruma con sus preocupaciones olvidándose de cualquier cortesía elemental. El día 1 de octubre, poco antes de que lo detuvieran, su único objetivo era saber a quién pertenecía la matrícula de un vehículo que supuestamente le seguía. Los mensajes que cruza con sus dos interlocutores (dos policías municipales que deberían explicar bastantes palabras) causan bochorno. Uno de ellos le cuenta que ha sufrido un infarto y está en Urgencias en el hospital. Ya dos días antes le había dado información sobre la matrícula. No la suficiente a la vista de la insistencia de Nicolás. Como su amigo no puede atenderlo recurre al segundo policía que está con su compañero en el hospital y aunque este le recalca la situación médica del primero, en menos de media hora le pide tres veces que le facilite lo que necesita (una de ellas se equivocó al enviarle la dichosa matrícula por whatsApp).  Al margen del tipo de personalidad que trasluce esa insistencia y ese "yoismo", a mí me asalta una duda que no me deja dormir. ¿Desde cuándo un "Charlie" como se autoproclamó el imputado por tres delitos, o colaborador del CNI como dijo de manera explícita, necesita que unos simples policías municipales husmeen matrículas? Yo creía que eso estaba tirado y se enseñaba en primero de espía. Voy a tener que dejar mi afición por las películas de serie B. 

lunes, 8 de diciembre de 2014

LOS HÉROES NO SALEN EN LA TELE

Sor Mary Luz Ibarz, en la cárcel de Estremera  Foto: Ignacio Gil (ABC)

El martes me llegó un mail escueto: "Hoy ha fallecido sor Mary Luz" y con ese breve mensaje y otros que le siguieron se definió ante mí la imagen pasada de un héroe de carne y hueso, frágil en apariencia, que levantaba pasiones e iba sembrando esperanza y vida a su enérgico paso. La conocí en diciembre de 2010, una mañana de frío helador que acabó en nevada, en un erial a 70 kilómetros de Madrid donde se levanta la cárcel de Estremera, ahora habitada por algunos ilustres. Mi compañero Ignacio Gil (uno de los mejores fotógrafos que conozco) y yo asistimos embobados, tras el escepticismo inicial, a su curso de pastoral bíblica, con hombretones de abultado historial penitenciario rendidos a sus palabras y a su despliegue de cariño. 

Un toxicómano casi la tira al suelo ensimismado en su infierno particular; algún funcionario la miraba desganado con un punto despectivo; el exespía del CNI Roberto Flores, condenado por traición la trató con una familiaridad de improbables mundos contiguos... Y allí estábamos Ignacio y yo desconcertados y traspasados por esas vidas quebradas que rezaban y seguían a una monja de 72 años, con una sonrisa permanente y un abrazo dispuesto y seleccionado para cada uno. 

Ese efecto era el que ella causaba en quien no la conocía: primero el estupor y luego la rendición. En esa época iba cada semana a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias y le llevaba a Mercedes Gallizo cualquier cosa: una estampa, un verso... mientras le pedía que autorizase permisos a alguno de sus "preciosos" (como llamaba a los presos) al que iba a cuidar. Gallizo le hizo un "salvoconducto" para que la dejasen entrar en todas las cárceles para disgusto de algunos de sus responsables. Sor Mary Luz lo llevaba siempre encima, como un trofeo. "Es ingobernable", solían decir de ella, sin dar crédito a que un interno marroquí siguiera con la misma devoción su curso que el Ramadán. 

La Hija de la Caridad murió el martes tras pelear con un cáncer devastador y terminal. "He estado viendo a Mary Luz, la frágil monjita, que tantísimo ha hecho por los presos y que tan incomprendida ha sido... a veces. Desde ayer ha tenido una mejoría y me avisaron las hermanas del convento para que si quería fuese a verla... Me ha reconocido y he estado hablando con ella más de media hora. Su estado es terminal pero sigue preocupándose por los presos y diciendo a las hermanas lo que tiene que hacer... su sonrisa y la serenidad de sus ojos azules algo borrosos ya, se han quedado conmigo. El domingo en el horario que se la puede ver, aunque estaba muy mal me ha contado la superiora que pasaron por allí cerca de 300 personas. Si los santos existen, estoy seguro de que Mary Luz será uno de ellos". 

Este mensaje es de una de esas personas que se cruzó con "sor Tripi", como la llamaban los internos, por su trabajo penitenciario, nada que ver ni con las Hijas de la Caridad, ni siquiera con la religión. Es elocuente de la huella que esta mujer imprimía en los demás. Ella no salía en la tele y, sin embargo, es una de las grandes heroínas que han conocido muchos hombres y mujeres. Para ti la Paz, Mary Luz Ibarz Bazán. 

Les dejo el reportaje que escribí tras aquella visita a Estremera.    

http://www.abc.es/20101226/sociedad/presos-catequistas-201012252204.html


lunes, 1 de diciembre de 2014

"LO DE LA COMPAÑERA NO HA TENIDO SOLUCIÓN"

No hay nada comparable al dramatismo de las transmisiones policiales cuando ocurre una desgracia. Una vez escuchadas es imposible borrarlas de tu memoria. Si las voces anónimas de los indicativos hablan de un compañero de azul, atacado, herido, en peligro... la tensión, la impotencia, el dramatismo que traslucen es difícil de explicar. Decenas de oídos vestidos de uniforme y de paisano siguieron el atraco de Vigo del pasado viernes a través de esas transmisiones con la garganta seca y los ojos húmedos. La muerte saliendo al paso de una de los suyos: Vanessa María Lage Carreira, destinada en la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la comisaría de Vigo. Cuando a través de la malla un policía informó, con voz metálica y fría, recompuesta ya del llanto "lo de la compañera no ha tenido solución", muchos maldijeron en voz baja y otros se sumaron a esas lágrimas sordas.

El policía al que tocó contar al resto la peor noticia, a través de las transmisiones, era el mismo veterano que poco antes cuando iban a trasladar a Vanessa desde el lugar en el que fue tiroteada informó de que la situación crítica de la agente revertía, que había una leve mejoría. "Era como un padre hablando de su hija. Emocionado y contento", relata uno de los compañeros que esperaba noticias al otro lado de la emisora. Luego, él y los demás, siguieron atendiendo llamadas todas la tarde, algunas fuera de lugar.


Los que nunca hemos vestido uniforme, pero nos sentimos tan cerca de ellos tantas veces, nos preguntamos, yo me pregunto, cómo se soporta una situación extrema como la vivida en Vigo, con una agente muerta y su compañero, el subinspector Vicente Alló, extremadamente grave en un atraco de esos a los que ya no estamos acostumbrados. Enrique Lago Fariñas, el asaltante, salió ese maldito viernes dispuesto a matar con su pistola del 9mm y sus tres cargadores preparados. Pero ni Vanessa ni Vicente ni el resto de los agentes se podían preparar para la muerte. Nadie nunca lo hace, de lo contrario te quedarías en tu casa, o te pondrías enfermo o pretextarías lo primero que se te pasara por la cabeza.


He podido escuchar un fragmento de esas conversaciones agónicas donde un indicativo con la voz quebrada dice: "Pidan una ambulancia para el rehén que lo tenemos con un tiro". Y otro añade: "A ver si me pueden informar quién es la compañera y dónde la llevan". Reciben respuesta, también traspasada de nerviosismo y preocupación. "Se han llevado al compañero, tiene un tiro en el pecho. Al subinspector lo han llevado al Xeral". "Está muy mal", se oye entre medias sin que quien habla precise quién de los dos está muy mal. El silencio que le sigue es aún más elocuente que las palabras.

Vanessa María Lage estaba en la primera línea cada día, como todos los agentes que forman las Unidades de Prevención y Reacción (UPR) de la Policía Nacional. Un día te toca una manifestación y otro un atraco o una riña callejera. Ayer un panfleto digital mancilló su nombre y el de todas las mujeres que lucen con orgullo, pasión y mucho esfuerzo el azul de su uniforme logrado a golpe de tesón. A mí solo me provoca desprecio. Me interesa por encima de todo saber si actuaron conforme a los protocolos; si tenían o no a su disposición los medios necesarios para esa actuación o cualquier otra de las que tienen que afrontar y, por supuesto, por encima de todo la recuperación del subinspector herido. Por él y por su compañera, policías de toda España han salido hoy a la calle y nos han pedido a todos que los acompañemos en su dolor. Es en lo único que podemos estar a su lado. Ellos mientras seguirán oyendo las voces del horror del mundo a través de sus emisoras y viéndolo pasar por delante cada jornada.  

martes, 18 de noviembre de 2014

PÚNICA: EN LIBERTAD POR SU VOZ

Detención de uno de los empresarios implicados  *ABC/Rober Solsona

José Manuel Casado, informático de Collado Villalba, se pasó 36 horas en el calabozo del cuartel de Rivas. Iba a trabajar el lunes 27 de octubre cuando lo detuvieron, sin llegar a colocarle las esposas. Insistió a los guardias en que era inocente. La cantinela de todos, debió de pensar alguno. Le acompañaba su mujer, pero su arresto era tan extraño que ella creyó que se trataba de un secuestro express y él de una cámara oculta o una broma de mal gusto. Los agentes de la UCO le informaron de que estaba detenido por cohecho y pertenencia a organización criminal. Cohecho, un hombre que llevaba más de un año parado y hacía poco que había empezado a trabajar dando clases de informática en un centro de mayores de su pueblo. 


Las horas se le hicieron días. Se sentía como el infortunado protagonista de una película de serie B cuando le hicieron la reseña policial, le leyeron los derechos y le pidieron una abogada de oficio. Incomunicado, Casado ignoraba que su nombre figuraba como objetivo en la lista de más de medio centenar de la operación Púnica contra la corrupción municipal, con el exconsejero de Justicia e Interior Francisco Granados a la cabeza y media docena de alcaldes madrileños, entre otros políticos implicados. 

Pasó todo el lunes y a media tarde del martes le llegó el turno de declarar. Uno de los responsables de la investigación se sentó frente a él en presencia de la abogada que se le había designado y comenzó la declaración en el cuartel. A los cinco minutos de empezar, nada más responder a dos o tres preguntas, el guardia civil le dijo a Casado y a la letrada que esperaran un momento y salió. "Este hombre no es el que hemos oído por el canuto. Este no es el de los pinchazos", les dijo a sus compañeros. Revisaron los nombres de los objetivos y no había error, pero el agente que había escuchado las grabaciones teléfonicas, autorizadas por el juez Eloy Velasco, se fió de su recuerdo. La voz no era la de José Manuel Casado. Fue en busca de la escucha, se colocó los auriculares, y comprobó que estaba en lo cierto. 

"Ha habido un error. Queda usted en libertad de manera inmediata", le dijo el agente excusándose ante Casado pero sin explicarle cómo se había descubierto que no era la persona buscada. Un par de días después se dio con el José Manuel Casado de la escucha y la imputación: un comercial de El Faro de Guadarrama, a quien se acusa de actuar presuntamente como intermediario entre el Ayuntamiento de Collado y la empresa Cofely, en el centro de la trama Púnica. 

Casado fue despedido de la empresa porque al principio no creyeron su pretexto de su ausencia al puesto por estar detenido. Tras la mediación de los investigadores se le readmitió. El error se pudo reparar y algo más: el comandante del Grupo de Delitos contra la Administración y el coronel de la UCO se presentaron en la casa del informático para pedirle disculpas personalmente. El episodio acabó de forma tan cinematográfica como había empezado y José Manuel Casado ha vuelto a ser el informático sin tacha y con empleo.    

martes, 14 de octubre de 2014

UN FISCAL, UN MENOR Y EL ÉBOLA

Viernes 10 de octubre. Un zeta patrulla por un distrito de Madrid. Los agentes ven deambular a un chico negro de rasgos aniñados. Parece menor. Lo trasladan a dependencias policiales y comprueban que se trata de un joven de 16 años, nacido en Guinea Conakry, que llegó a Algeciras de forma irregular el pasado septiembre. Un mes después, en lugar de estar en un centro de protección estaba en la calle a muchos kilómetros.

Los agentes conocen el Protocolo de Menores Extranjeros no acompañados, los llamados MENA, el último firmado a bombo y platillo en julio por nada más y nada menos que cinco Ministerios (Empleo, Justicia, Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad, Interior y Exteriores) y el fiscal general del Estado, Eduardo Torres Dulce. El objetivo es que se coordinen todas las administraciones para atender, identificar y proteger a esos menores que llegan casi a 3.000 en España.

Al chico encontrado en la calle no hubo que hacerle las pruebas médicas para determinar la edad puesto que ya se sabía quién era y los años que tenía. El siguiente paso, siempre según el protocolo, era ponerlo a disposición del fiscal de Menores.

"Cuando los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad localicen a un extranjero no acompañado cuya minoría de edad no pueda ser establecida con seguridad por razón de su documentación o de su apariencia física, éste será entregado a los servicios de protección de menores competentes, para que le presten la atención inmediata que precise, poniéndose tal hecho en conocimiento del Ministerio Fiscal, que dispondrá, en el plazo más breve posible, la determinación de su edad, para lo que deberán colaborar las instituciones sanitarias oportunas que, con carácter prioritario y urgente, realizarán las pruebas necesarias (...) Determinada la edad, si se tratase de un menor, el Ministerio Fiscal decidirá su puesta a disposición de los servicios competentes de protección de menores, dándose conocimiento de ello al Delegado o Subdelegado del Gobierno correspondiente" (Ministerio del Interior)

Los policías cumplieron los pasos. Su sorpresa fue la decisión del fiscal. "Trasládenlo al centro de Hortaleza (de protección) y desde ahí al Hospital Carlos III. Procede de un país caliente y puede tener ébola", les dijo manteniéndose a una distancia prudencial. A continuación les ordenó que aislaran el coche policial y de milagro no acabaron también ellos en el Carlos III. Cuando los jefes de los funcionarios se enteraron pusieron el grito en el cielo y pararon la insensatez. "Si el fiscal ordena eso, que lo haga por escrito", replicaron.

A veces los periodistas asistimos a situaciones, órdenes y contraórdenes que causan estupor. La mayoría no las contamos o las endulzamos. Yo pedí permiso para relatar esta sin aportar datos que permitieran identificar al fiscal o a los policías que acabaron trasladando a un chico perdido y solo, casi seguro que con una historia terrible a sus espaldas, al centro de protección.  

Era viernes y eran casi las tres de la tarde. Uno de esos mandos policiales a quien le quedaba una larga tarde por delante se despidió de mí con el siguiente comentario teñido de ironía amarga:  "Tal vez no era miedo al ébola, Cruz. Es viernes y el fiscal tenía ganas de irse a casa".


domingo, 21 de septiembre de 2014

MATAR A UN GUARDIA VALE 4 AÑOS SIN CARNÉ

El 19 de diciembre de 2009, Juan José Martínez Martínez, guardia civil de Tráfico, señalizaba un accidente en el kilómetro 9 de la A-6 sentido Madrid. Eran las once de la noche. Una conductora lo atropelló y lo mató en el acto. Hace unos días se dictó sentencia: dos años de prisión y cuatro de retirada de carné. Le aplicaron una atenuante por dilaciones indebidas de la Justicia. Como la acusada carecía de antecedentes no ingresará en prisión. He pedido permiso a una amiga del Cuerpo para reproducir la carta que ha escrito la viuda del agente. Sobran las palabras. 
CARTA A UNA CULPABLE
Mi nombre es Beatriz, viuda de Juan José Martínez Martínez, Guardia Civil de Tráfico que perdió su vida el 19 de Diciembre del 2009. Actualmente tengo 37 años, pero el día que usted me quitó parte de mi vida y de la de mis hijos tenía 32, un hijo de 5 años y un bebé de tan solo 8 meses.

El pasado 8 de Septiembre de 2014, casi cinco años después del fallecimiento de mi marido por fin la conocí, estaba sentada justo enfrente de usted en aquella sala de espera de aquellos juzgados; creo que usted no me reconoció, quizás porque esperaba a alguien más mayor o quizás vaya usted a saber por qué. Durante todo el tiempo que coincidimos en este lugar separada de usted por apenas un metro y medio, pude observar y escuchar sus argumentos y los de su abogado preparando su defensa. Oí claramente como comentaban que estas cosas pasan, que fue un accidente, que el vehículo que se hallaba en el tercer carril de la A-6 y al cual mi marido estaba auxiliando también le había pasado. Oí tantas cosas que usted decía…tantas cosas que le decía su abogado… como que no se preocupase, que no le iba a pasar nada…qué razón tenía.

Pues bien señora, lo que a usted le pasó no fue un accidente si no un homicidio, un homicidio porque usted iba drogada, coloquialmente denominada como fumada, usted se saltó todo el control policial invadiendo la zona de seguridad que los agentes habían determinado mediante conos, luces, señales etc. Usted no varió ni un centímetro su trayectoria arrollando todo lo que tenía por delante a una velocidad de 104km/h; entre aquellas cosas que usted se llevó por delante se encontraba mi marido que no tuvo tiempo de reaccionar y ponerse a salvo, a salvo de personas como usted. Circulaba sin control, quizás porque el efecto de las drogas le hacía ser un peligro público al volante o quizás también porque carecía del seguro obligatorio de responsabilidad civil para la circulación de vehículos a motor y pensando usted que aquello era un control rutinario no detuvo su vehículo.

Tras casi cinco años de espera a que usted sea juzgada, la justicia alega dilaciones indebidas, es decir que ha pasado mucho tiempo desde los hechos hasta el día de hoy y por alguna razón que escapa a mi entendimiento la condena que inicialmente pedían tanto el fiscal como mi abogado de tres años de prisión debe ser rebajada porque la acusada ha pasado mucho tiempo con la espada de Damocles encima y de alguna forma hay que compensar dicha espera.

Regresa a su casa victoriosa y triunfante porque tal y como le advirtió su abogado no tenía nada que temer, la justicia de este país es así, inculpa al culpable. Antes de marcharse de aquellas dependencias nos dió a mi familia y a mí la estocada final trasmitiéndonos que usted también había tenido lesiones…y yo me pregunto ¿Qué clase de persona es usted? ¿De qué lesiones me habla? Las lesiones que usted le produjo a mi marido eran incompatibles con la vida debido a la brutalidad del impacto, las suyas fueron por su propia negligencia al volante.

Mi marido no era nadie ni para usted ni para la sociedad, solo era un Guardia Civil de Tráfico cumpliendo con su deber y dando su vida por ello. Pero hay una salvedad, que para nosotros; para su mujer, para sus hijos, para su familia, para sus compañeros y amigos si era alguien, era Juanjo, era mi marido y el padre de mis dos hijos que usted se encargó de dejar huérfanos con tan corta edad.
Sin más dilación como dice la justicia, me despido de usted esperando que algún día, de una u otra forma pague por lo que hizo.

Atentamente

Beatriz Sánchez


sábado, 12 de julio de 2014

MIGUEL ÁNGEL BLANCO NOS CAMBIÓ LA VIDA

Querido Miguel Ángel:

Allá donde estés, te doy las gracias. Lloré cuando te ejecutaron esas malas bestias. Lloramos todos. Tuve el corazón en la boca en esa agonía de 48 horas, que luego fue aún más larga y dolorosa. Lo tuvimos todos. Yo creo que la muerte nunca sirve para nada, salvo para supurar dolor y pérdida. Nos consolamos pensando que de algo valió, en este caso la tuya. La catarsis social, política, todo eso tan dicho y tan aireado por tantos. El pretexto, el aldabonazo que nos hace detenernos y girar la cabeza. La reflexión, las preguntas y a veces las respuestas.

Ese 10 de julio en el que tú ibas a trabajar y seguramente pensabas ya en tus vacaciones, yo andaba muy perdida. Con mi licenciatura de Periodismo bajo el brazo y alguna incursión profesional, había tomado la decisión de dejar de ser periodista. Fíjate, no había esta crisis y esta desesperanza profesional para muchos, pero mi determinación era clara. Había que pasar por el inevitable trance de trabajar gratis para abrirse camino y siempre he pensado que eso atenta contra la dignidad de uno. Como no se me daba mal la hostelería y ya tenía cierta experiencia, había elegido ese camino. Pero algo explotó cuando vi tu ataúd, tu cara, tu valor al enfrentarte en los plenos del Ayuntamiento a las bestias; cuando vi a aquellos millones de personas rebelándose y a decenas de compañeros míos narrando todo ese dolor, toda esa rabia, toda esa injusticia...

Ese día, el día que te mataron, el día que tú conseguiste hacer hablar al silencio, decidiste involuntariamente mi futuro. Y volví a ser periodista, contadora de historias, lo que había soñado desde niña, aquello en lo que había puesto tanta voluntad y tanto esfuerzo. Esa misma noche redacté mi currículo y mis cartas de presentación. Dos meses después, me admitieron y me becaron en ABC. Y aquí sigo. Contando historias, con mayor o menor fortuna. Una buena parte de esa fortuna te la debo a ti. El dolor que cambia vidas, que cambia el mundo. Gracias, Miguel Ángel. Allá donde estés, para ti la PAZ.  


jueves, 3 de julio de 2014

EL PEDERASTA Y LOS RUMORES ENVENENADOS


"Placas al parecer de un individuo que ha raptado a dos niñas en Ciudad Lineal hoy, en una calle paralela al centro comercial Alcalá Norte. Difundidlo a todos los que podáis, da igual el distrito, parece que pudiera ser el violador de menores de Ciudad Lineal. Esta si es una cadena realmente importante". Llevo varios días dando vueltas a escribir o no este post, pero este mensaje falso y otros cinco similares que he recibido en las últimas horas (reenviados por madres de compañeros de colegio de mi hijo) han decidido por mí.

La secuencia es la siguiente. Desde abril, la Policía de Madrid se deja la piel en encontrar a una bestia que ha raptado a tres niñas, las ha drogado, ha abusado de ellas y luego las ha abandonado tras lavarlas. Ha actuado en todas las ocasiones en el distrito de Ciudad Lineal. El caso tiene prioridad absoluta y un millón de dificultades. "Estamos ante uno de los individuos más peligrosos y escurridizos en años", sostienen desde la investigación. La Brigada de Policía Judicial, flor y nata desde hace muchos años, está volcada; la Jefatura madrileña entera, también. Se han creado tres niveles dentro de las pesquisas y las gestiones se llevan con absoluto secreto. Lo que toca. Lo que debe ser.

Los investigadores cuentan con tres pequeños hilos de los que tirar y a ellos se aferran con la esperanza de atrapar al malnacido antes de que decida actuar de nuevo y elija otra presa indefensa, y con la conciencia de que quizá esa sea la única posibilidad de ponerle rostro. Un dilema que carcome a cualquiera y a ellos más que a nadie. A algunos los conozco y sé que hasta que no lo metan entre rejas duermen lo justo y su vida gira en torno al caso.

No hay matrícula de coche, como divulgan rumores infames (solo un par de números sometidos a millones de combinaciones); no hay grabaciones; no hay ADN y ni siquiera una descripción física rotunda (no podemos olvidar que la víctima mayor tiene solo nueve años). Pero frente a esas espinas ha surgido como tantas veces la infamia y el desconocimiento mezclado con el miedo lícito de miles de padres. Testigos que aseguran a quien los quiera oír que lo han visto y que al mostrarles fotos o interrogarlos sobre determinados aspectos no dan una; personas que buscan revancha señalando a quienes nada tienen que ver; mensajes de terror difundidos a través de las redes sociales, incluso fotografías de supuestos sospechosos.

Ocurre cada vez que un suceso nos sacude o pensamos que nos puede tocar de cerca. No hace falta buscar muy lejos para encontrar la psicosis que se creó tras el 11-M con las mochilas abandonadas en cualquier parte o con árabes a los que se señalaba con el dedo. La vieja táctica de sembrar pánico tan eficaz en la guerra. La Policía, a través de diversos canales, pide calma y prudencia pero el veneno y el miedo se disparan. Hasta tal punto ha llegado esta intoxicación que se ha creado un grupo de agentes solo para separar el grano de la paja. Elocuente. En este caso la paja sobra y el grano sigue libre. Es la única certeza. La mía, además, que lo atraparán. 

Calle donde se produjo el último secuestro *Foto: Ángel Navarrete (ABC)



miércoles, 25 de junio de 2014

POLICÍAS "ATADOS" POR JUECES


"Espero que este tipo no robe en su casa ni en la mía. Espero que no tenga usted la mala suerte de que eso ocurra". El inspector de Policía apretó los dientes y salió del despacho del juez que acababa de denegarle unas escuchas. Sobre la mesa le había dejado decenas y decenas de antecedentes del ladrón y tres identificaciones por huellas tomadas en las tres últimas viviendas que había desvalijado. Pero ninguna era la casa del juez, de forma que no le pareció suficiente para motivar las intervenciones telefónicas.

El inspector que me contó este episodio puso meses después a disposición judicial al delincuente, un bragado madrileño con un historial que rellena varias páginas y que de nuevo está en libertad. Su respuesta al fiscal a punto estuvo de salirle cara. "Normalmente te callas, pero es que lo teníamos, solo necesitábamos un par de teléfonos. El grupo estaba bajo mínimos y con poca moral ya". 

Es la vieja historia en la que, a veces, los investigadores parecen ir por un lado y algunos fiscales y jueces por otro. Tan lejos tan cerca. Esta misma semana un mando policial me contaba con un deje de amargura y frustración dos situaciones mucho más graves de dos investigaciones de enorme calado que aún están abiertas. 


Hace poco más de un mes detuvieron a un tipo por una agresión sexual en Madrid. La mujer lo identificó, pero por un motivo que no se puede revelar todavía el juez de guardia no autorizó a los policías que se le tomara el ADN. Quedó en libertad y volvió a actuar, esta vez con un final más macabro aún. La resolución del caso está cercana, pero la víctima nunca podrá ya saberlo. El responsable de las pesquisas se lleva las manos a la cabeza. "Esto nunca lo contáis", me reprocha. "No podemos si lo ignoramos", le replico. A veces, tengo ganas de decirle, queremos contarlo y sois vosotros, los investigadores, los que ponéis freno. "No me encabrones al juez que bastante hemos tenido" o "sí, los ha puesto en libertad pero le había echado un par". Lo normal, elevado a categoría de insólito. Generalización, obvio, aunque cualquier compañero del negocio ha vivido quejas similares que, probablemente, se dirijan en la dirección contraria si la fuente es un juez o un fiscal. 

Y la última de "juzgado de guardia". Otro grupo de policías necesitaba desesperadamente ver siquiera de refilón el rostro de un desalmado, pederasta, violador, una mala bestia. Las declaraciones de las víctimas no servían para elaborar una descripción física siquiera aproximada. No tenían huellas ni ADN ni casi un hilo del que tirar. Tras revisar calle por calle sin encontrar una sola cámara, al fin dieron con un comercio que sí la tenía. Hablaron con el dueño, esperanzados. "Lo siento, agentes, la tengo apagada. Enfoca hacia afuera y graba 60 centímetros de la acera. Me denunciaron y un juez me puso 12.000 euros de multa. La cámara está pero ya nunca la conecto". Con esas palabras sepultó la última esperanza de una imagen que quizá, solo quizá, podría salvar una vida.





lunes, 16 de junio de 2014

MI MADRE FUMA PORROS

Montserrat González
"Me pidió el favor de guardar la maría a cambio de que si un día yo necesitaba la pistola podría ayudarme. Ese día la llevé a casa. Fue hace dos o tres meses. Cuando llegué mi hija no estaba; la dejé en la habitación. Solo tenía esa maría en esa habitación y un poco en un chisme en la cocina. De vez en cuando me he fumado un porro, pero no soy consumidora habitual. Me he fumado alguna vez un porro yo sola en algún bar". La declaración ante la juez de Montserrat González, en prisión por el asesinato de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, retrata a una mujer alejada del estereotipo de "esposa de comisario" que se limita a acompañarlo a actos sociales y protocolarios. 

Cuando en el registro del piso de su hija los agentes encontraron ocho bolsas de marihuana (600 gramos de grifa) pensaron que eran de Triana Martínez, pero la madre aseguró que eran de ella, que se las había guardado a un tipo de León del que no quiso dar más datos, salvo que le intentó comprar una pistola aunque el trato no cuajó porque el arma era muy cara. Aun así, insistió en que no consume, en que hace años que no se fuma un porro, pese a estar familiarizada con esta droga. "Hace dos años en el bar de Armando fumaban porros". 

Otro personaje que dejó boquiabiertos a los investigadores al conocer detalles de quién era y la aparente familiaridad con que lo trataba Montserrat. Fue a este hombre, Armando, con antecedentes policiales y fallecido en enero del año pasado, a quien compró el revólver Taurus del 32 H&R Magnum que acabó con la vida de Carrasco y apareció 30 horas después en el coche de la policía local Raquel Gago. Lo adquirió dos años antes y pagó por él 2.000 euros, según sus palabras. Al aparentemente poco recomendable Armando le compró también otra pistola, que guardaba en su habitación del piso de la hija, así como munición para llenar varias cajas. La mayoría de las balas dice que se las habían dado. Una vez más omitió el nombre del generoso amigo.   

Montserrat contó, con la mayor naturalidad, que conoció a Armando "bajito y risueño" a través de los mercadillos y luego cerraba los tratos en su bar de Gijón, en la zona de La Calzada. Más tarde, se enteró de su muerte por el periódico. No le preguntó ni la juez ni el fiscal si ya tenía dos armas para qué buscaba otra más, la que pretendía comprarle al supuesto dueño de la marihuana. 

Como una leona defendió a su hija a dentelladas. No solo la exculpó del crimen de Carrasco y se atribuyó ella la responsabilidad al completo, sino que reiteró en la Sala que Triana no sabía nada ni de la droga ni de las armas ni de las balas aunque siempre habían tenido munición en casa. El fiscal intentó apretarle. ¿Cómo ha podido hacer la faena a su hija de llevar a su casa pistolas y marihuana, teniendo además casa en Carrizo y Gijón?, tanteó. "Como estaba aquí en León no podía llevar las chismas, tenía que tenerlo en León. Me equivoqué por hacerle esto a mi hija, pero por eso no tiene que pagar culpas ella". 

La estrategia de "mamá fuma porros" y anda con su parka de Hugo Boss y sus Ray Ban armada como un cuatrero, a espaldas de todo su círculo, no le ha funcionado. La juez imputa los mismos delitos a la inseparable pareja. Las anotaciones manuscritas sobre todo tipo de armas llevan el sello de Triana. El padre y esposo, inspector jefe de Policía, quien sigue con el jarro helado en la cabeza, aportó su peculiar visión de madre e hija al declarar: "Las quiero mucho, pero no me hacen puñetero caso".   


domingo, 27 de abril de 2014

CÁRCELES "DE LUJO"

Módulo de una prisión tipo


Me impresionan las cárceles. Cada vez que he acudido a una por trabajo he salido devastada. Las puertas metálicas que se cierran a tu espalda con un angustioso click, los olores, el desvarío asomando por muchos ojos, la incertidumbre no ya del futuro sino de las 24 horas siguientes, las historias que se susurran, las penas que brotan a borbotones, los expedientes que encierran los armarios, los patios, espejo solo espejo de aire, sol y libertad... Quizá sea una blanda, pero no concibo que nadie pueda ser un poco feliz ahí dentro. Y sé, sin embargo, que es el lugar que corresponde a casi todos los que están: casi 67.000 la semana pasada, el 92 por ciento hombres. 

Algunos son bestias salvajes que han arrancado el horizonte a cientos de familias; otros torcieron su vida y ya no saben si serán capaces de enmendarla, muy pocos han acabado en prisión por error, pese a que esto se repite como un mantra cada vez que hablas con un interno. Llevo 17 años contando los peores crímenes, buceando en la miseria humana y tratando de tú a tú con el devorador dolor de las víctimas. No voy a defender que el Estado no castigue a los culpables, jamás, pero me aterra la imagen que a veces se proyecta, desde el absoluto desconocimiento y el lugar común, sobre los centros penitenciarios. Esta semana, tras la entrada de José Ortega Cano, hemos tocado techo. Las 68 cárceles españolas no son hoteles de lujo, es falso. Ninguna lo es. Son lugares donde se ha intentado, en unos más y en otros menos, que los reos vivan con dignidad y en los que también con mayor o menor fortuna se apuesta por la reinserción. 

Higiene, educación, sanidad y algunos entretenimientos, cierto... esos principios de derechos universales con los que a algunos se les llena la boca pero solo a veces. Es falso que haya televisiones de plasma en cada celda, piscinas climatizadas y hasta baño turco, que es lo que les ha faltado decir o escribir a algunos. Sin duda, las prisiones españolas están entre las mejores del mundo. ¿Y qué?, me pregunto. ¿Estaríamos más orgullosos de levantar un Guantánamo o de ver reportajes en los que las ratas corren entre los internos y las cucarachas se encaraman a los platos del rancho? Yo no. Les recomiendo un libro "Penas y personas" de Mercedes Gallizo, que dirigió Instituciones Penitenciarias ocho años. El castigo no debe anular la dignidad imprescindible. Una última reflexión que me regaló hace años entre los muros el director del centro penitenciario de Estremera: "Ningún asesino es asesino las 24 horas; ningún violador es violador las 24 horas". Os dejo un par de enlaces de dos reportajes míos que hablan de otra cara de los verdugos. 


domingo, 6 de abril de 2014

LOS BUENOS "CAPATACES"

"Niña, desde hoy eres redactora de ABC. Pásate por personal". Ese fue mi bautismo oficial en el oficio, con contrato indefinido y un sueldo que entonces (octubre de 1998) se me antojaba un sueño realizado. El portador de lo que en ese momento fue para mí la felicidad con mayúscula se llamaba Ángel Antonio González, era subdirector del periódico y falleció ayer. Tras darme la noticia, el hombretón altísimo y espigado a partes iguales, a quien yo admiraba y respetaba, también a partes iguales, me dio uno de los abrazos que más recordaré en mi vida. "Te lo has ganado, niña, anda no llores que ya no te vuelves a tu pueblo".  

En ese momento, aparecieron por la puerta del despacho de Ángel Antonio mis dos jefes-compañeros-amigos: el inigualable Ricardo Domínguez y mi hermano profesional desde poco después, Pablo Muñoz. Más besos, abrazos y parabienes, sin pasarse, que para eso eran dos señores y yo, la niña. Unos minutos antes me había despedido de ellos con la idea que me oprimía la garganta de no volver a pisar la redacción de ABC. Acababa de terminar mis prácticas del Máster y, como todos los años, los becarios éramos expulsados a los leones, a buscarnos la vida. Cuatro compañeros habían sido seleccionados para quedarse en la redacción pero en teoría, eso creía, mi nombre no figuraba en esa lista.

"No me digas que no lo sospechabas", insistió Ángel Antonio. Y por más argumentos que le di, ni caso. "¿Y estos dos no te habían dicho nada?" Y no, habían callado esperando a que fuera oficial la noticia y a que la decisión no se estropeara. Ese mismo día,  lo celebramos los tres en una de nuestras comidas pantagruélicas en las que el periodismo era el oficio más sagrado del mundo y el eje de nuestras vidas a base de horas y horas en la sección de Sucesos. 

Por esa sección pasaban todas las catástrofes del mundo, los asesinos en serie despiadados, los desaparecidos, los terroristas... allí entraban las llamadas de todos los perturbados que en su soledad recurrían al periódico como si fuera el teléfono de la esperanza y a los que casi siempre escuchábamos; las de los mejores corresponsales que he conocido (Pedro Corral, Juan Cierco, Ramiro Villapadierna, Pedro Rodríguez y una larguísima e insuperable nómina) ofreciendo su excelente "mercancía", las de los compañeros de todas las delegaciones de España... Allí, en esas páginas y con esos dos hombres me hice periodista. ´

Ángel Antonio había sido nombrado no hacía mucho subdirector de Información del periódico. Conocía ABC como a sí mismo (pasó por todo el escalafón), nos conocía y trataba a todos por nuestro nombre, redactores o becarios, con su voz modulada y su visión certera. Era, como ayer lo definía mi otro gran amigo y compañero, Miguel Ángel Barroso, "el más eficaz y respetuoso capataz de la redacción".  A veces discrepábamos (yo a una siguiendo el criterio de Ricardo y Pablo, en pleno aprendizaje) pero el respeto primaba, el diálogo, los puntos de equilibrio. Desde que se jubiló apenas le he visto, unas pocas frases en algún tanatorio. Él nos seguía leyendo y nos daba su opinión: ajustada, alejada de extremos. Siempre será mi primer subdirector, mi puerta al sacrosanto mundo del periodismo de verdad, ese al que te entregas con el corazón y a cambio te permite vivir dignamente. Gracias, capataz. 

Ángel Antonio González, a la izquierda                     *Jaime García

martes, 25 de marzo de 2014

"TENEMOS UN SUBGRUPO ACORRALADO" (CONVERSACIONES 22M)



-"Tenemos un subgrupo acorralado en el paseo de la Castellana".
-"¿A qué altura?"
-"¡Bajen rápido, bajen rápido, que están completamente acorralados!". "Tienen como unas mil personas alrededor".
"Recibido 90- 90. Recibido. Venga que esperen abajo, que van los compañeros. Venga rápido"

Es una de las conversaciones que corrió el sábado por la noche de equipo en equipo de transmisiones de la UIP cuando un grupo de policías quedó a merced de un millar de individuos. El resultado ya se conoce: 67 agentes heridos y 34 manifestantes. Cabezas abiertas, dientes por los aires, traumatismos... volaron los adoquines, los hierros, las bolas metálicas y actuaron los pinchos improvisados. La Dirección General de la Policía ha abierto una información reservada para analizar lo ocurrido durante la manifestación "Marcha por la Dignidad" y depurar responsabilidades. Más que nada porque al día siguiente y, por primera vez en su historia, un nutrido grupo de uiperos se concentraron en la puerta de su base en Moratalaz para pedir explicaciones.  

Ellos estaban allí y saben que las órdenes se congelaron, que no se les dejó actuar con material antidisturbios hasta que pasada media hora era demasiado tarde. Los "Pumas" se iban pasando las órdenes o más bien el silencio, la inacción. 
Que no hagáis nada!. Todo el mundo quieto. 
-Puma 3 para Marte.
-¿Es suyo el subgrupo del Paseo de la Castellana? 
-Que deje de moverse, estáticos, dejemos que se disloquen
 -Recibido. 
 -Ahora mismo no hay lanzamientos. Tenemos separada la manifestación. La hemos cortado
-Puma 3 a Puma 110 Dos detenidos en la zona de Marqués de Braganza con Paseo de la Castellana

Son algunas de las conversaciones que quedaron registradas y que ahora se van a investigar. La UIP está en pie de guerra ante un dispositivo abultadísimo (33 grupos operativos formados por entre 45 y 50 hombres) pero al que se le abrieron las costuras.   

"Ha sido vergonzoso. Puma 70: 35 heridos; el grupo 90 que fue el primero en llegar a apoyarlos 11 heridos. El oficial cinco dientes volados de un adoquinazo y treinta puntos en la boca...Y cayendo como chinches. La orden era: Aguantad, pelotas no...El peor operativo conocido hasta ahora, y no lo digo yo, lo dicen compañeros con 15 o 20 años en unidades... He llorado al ver a mi oficial con la boca cosida... Qué impotencia", explica otro de los policías.

Las imágenes y las palabras forman el retrato en el que mirarse. Las razones de los alborotadores son de sobra conocidas (solo uno de los 24 detenidos ha ingresado en prisión), pero ¿y las de los jefes del operativo? Hoy se celebrará una nueva reunión con la cúpula policial. Mañana, si no hay ceses, aseguran que empezarán las movilizaciones. 

lunes, 24 de marzo de 2014

"APOYO URGENTE. NOS ESTÁN AGREDIENDO. NO PODEMOS MÁS"






"Apoyo urgente, apoyo urgente, nos están tirando adoquines" tronaban los equipos de transmisiones. "Solicito empleo uso material". "Nos están agrediendo. No podemos más". Y al otro lado silencio. El silencio más indigno e incompetente que recuerdan los uiperos veteranos. Eran las 20.20 horas del sábado y las llamadas "Marchas de la Dignidad", autorizadas y legítimas, habían derivado ya en un salvaje espectáculo, una guerrilla urbana con un objetivo: acorralar a los policías y destrozar como una manada en estampida lo que encontraba a su paso. 

Es la tónica de las manifestaciones en Madrid desde hace un tiempo: mudar la lógica y esperable reivindicación de quienes peor lo están pasando en batallas desiguales y consentidas. Pero lo de ayer marcará un punto y aparte porque mientras los valientes guerreros embozados atacaban con hierros, palos, adoquines de un kilo y armas blancas a un grupo entero de la Unidad de Intervención Policial (el grupo 7) en el Paseo de Recoletos y estos pedían ayuda desesperadamente a través de las emisoras, al otro lado sus jefes callaban y los abandonaban a su suerte, según denuncian quienes estaban de servicio. El comisario general de Seguridad Ciudadana, Florentino Villabona, el jefe de las UIP, José Miguel Ruiz Iguzquiza, y el jefe de la Primera UIP, Francisco Javier Virseda Serna ("Puma") estaban muy cerca y durante más de media hora no ordenaron ni que se actuara ni que se les apoyara. "Estamos aislados. Solicito empleo uso material" (es decir, material antidisturbios: salvas y pelotas de goma).  

Los grupos en reacción se encontraban a solo unos metros y no se les dejó apoyar. El uso de material antidisturbios solo se permitió cuando ya era tarde. Consecuencia: 67 policías heridos, 40 de ellos del grupo 7 de la UIP.  A Pedro, inspector, el jefe de ese grupo le abrieron la cabeza. Le quitaron el casco a puntapiés y le siguieron pateando. Su cabeza cosida con once puntos no necesita más aclaraciones. A otro de sus hombres, el subinspector, le asestaron dos puñaladas con lanza casera y tornillo. Si no hubiera llevado el chaleco antitrauma, lo habrían matado. 

"Nunca vi nada igual. Veíamos llegar continuamente Samur y sabíamos que era para atender a nuestros compañeros. Se les oía gritar y pedir auxilio, decían que no aguantaban más... La rabia y la impotencia que sentí es difícil de explicar". Habla un agente que lleva más de veinte años en el Cuerpo, casi una década en la UIP. "No hubo órdenes de mover grupos para apoyar a los compañeros; los estaba atacando... Creo que ha sido la peor experiencia de mi vida. Los equipos de transmisiones mudos esperando la orden y nada. Bastaba con decir: "uso de material ya. simplemente eso". Me hirvió la sangre", cuenta este veterano.

Había nada más y nada menos que 33 grupos operativos desplegados formados por entre 45 y 50 hombres cada uno, llegados de Madrid, Sevilla, Valencia, Pamplona, Canarias, Valladolid y La Coruña. "Puma" estaba al frente, por encima de él, Marte, y Puma 1, 2 y 3 eran los tres coordinadores a las órdenes de Puma, con varios grupos a su cargo. Un engranaje, en teoría, bien engrasado al que ayer le chirriaron las piezas. "Éramos los número uno en orden público, la envidia de Europa. Hasta ayer. Además había ocho observadores internacionales para ver nuestro trabajo y nos cubrimos de gloria".

Los cuatro sindicatos que aglutinan a casi todo el Cuerpo (SUP, CEP, UFP y SPP) van a convocar una concentración el próximo miércoles a las puertas del centro policial de Moratalaz, donde tiene su base la UIP. Es el inicio del calendario de movilizaciones, si para entonces Interior no ha cesado a los máximos responsables de lo ocurrido ayer a juicio de los agentes: el comisario general de Seguridad Ciudadana, el jefe de las UIP y el jefe de la 1 UIP "por su inoperancia ante los graves hechos acontecidos". 

"Ayer ganaron ellos, pero perdimos todos", reflexiona con amargura el agente. 24 detenidos, 67 policías heridos y la creciente sensación de impunidad. Era una marcha por la dignidad, pero ni los manifestantes (entre los que se colaron los de siempre) ni los mandos aguantan un pase de fotos o vídeos de Recoletos a cámara lenta. "Nos dejaron solos". Quizá sea el mejor resumen.