martes, 23 de noviembre de 2021

LA HERMANDAD DEL MAL

 



"Yo tengo a la Hermandad. En la Hermandad Hernández y en la de la 'er' hay ingenieros, enfermeros, todo tipo de profesionales... y yo pertenezco a ella (...) ¿Ustedes están interesados en Twitter? Si yo tuviera sueldo del Gobierno de tres mil euros podría comprar la medicación, pero como no tengo sueldo no puedo comprarla ni que la compren mis padres (...)" 

Son palabras de Bruno Hernández a los médicos durante su último ingreso en el hospital de Móstoles. Es noviembre de 2014 y cinco meses después será detenido por matar a Adriana Gioiosa, su inquilina, y descuartizar su cuerpo en una picadora de carne industrial. Los restos mortales de Adriana nunca aparecieron. La fijación de Bruno con la sílaba "er" era y es una constante. Le sirve para sus sueños y obsesiones, para aceptar o rechazar en su círculo imaginario. En la imagen, tomada mucho antes, da un paseo, parece un turista cualquiera, pero señala inequívoco y sonriente la dichosa sílaba. Da igual que sea una marca de cerveza o un Gobierno. Si tiene la 'er' forma parte de su mundo. Ideación delirante megalomaniaca, señalaron una y otra vez los psiquiatras. 

Bruno es esquizofrénico, pero ni tiene conciencia de su enfermedad ni quiere tomar  su tratamiento. La olanzapina o cualquiera de los antipsicóticos que componen su farmacopea habitual le causan rechazo absoluto. Me lo contó en persona. Dice que preferiría estar en aislamiento en la cárcel sin medicar que en una zona tranquila como es en la que pasa los días en Navalcarnero.  

Escribir del mal escuece. Escribir del mal y las enfermedades mentales lacera. Las víctimas absolutas de Bruno son Adriana y su tía Liria Hernández, los dos homicidios por los que fue condenado. Pero la lista de víctimas de su locura no para ahí. Su padre, la madre de su hija, la pequeña Olivia, los hermanos y los padres de Adriana. La esquizofrenia sin diagnosticar o sin tratar arrasa con cualquier atisbo de felicidad, la propia y la del entorno. El estigma persiste: los esquizofrénicos, los que sufren trastornos son asesinos en potencia. Es falso, pero la premisa cala y no es fácil desmontarla. 

En "La Hermandad del Mal" (Sin Ficción) he intentado acercarme a ese miedo ancestral, al tabú que envuelve a las enfermedades mentales. Aseguramos que nos ha cambiado la perspectiva con la vulnerabilidad sobrevenida. Permítanme que lo dude: veo y oigo lo contrario a cada paso. Nos sale el justiciero que anida en cada uno y que cree haber interiorizado la distinción entre el bien y el mal así en sus términos absolutos.

Escribimos para exorcizar demonios propios o ajenos. Y mantenerlos a raya; una heroicidad. Y para huir. Bruno creía que lo habían envenenado los chinos y que podía mantener vivos a quienes quería cientos de años. Cuando se anima a hablar, lo confirma porque "la pesadilla de la esquizofrenia es no saber lo que es verdad" (Una mente maravillosa).  


Para los amigos: llevaba cinco años y seis días sin publicar en este blog. Vuelvo a él con las escasas certezas aprendidas y las batallas pendientes. Dos criaturas nuevas lo merecen. El tramo recorrido, también. Y ustedes, que tal vez en algún momento me requieran. 

jueves, 17 de noviembre de 2016

LOS MARLASCA


Manuel Marlasca con su hijo Manu                         


Aviso: adoro a los Marlasca; tanto como para que no me importe contarles a ustedes algunas intimidades. Confío en que Manu, tan púdico como yo, sepa perdonármelo. Seguro que sí porque cuando la muerte impone su propia disciplina todo lo demás es secundario. Tengo que contarles cuánto quiero a los Marlasca porque detesto el género necrológico y no se me ocurre otra manera de honrar a Manuel y decirles a sus chicos (solo tengo confianza con uno) y a Armelle cuánto bien han traído a mi vida.   

Manuel Marlasca Cosme y Manu Marlasca García son los dos únicos periodistas que conozco que hablan y escriben maravillas de otros compañeros, glosan sus éxitos -y los destacan incluso- porque sí, porque les apetece aprovechando cualquier excusa mínima. Se llama generosidad y ambos han desplegado buenas dosis conmigo: en privado y en público. Perdonen el nudo en la garganta... pero pueden imaginar lo que supuso para mí que Don Manuel Marlasca me dedicara una carta abierta emotiva, brillante, íntima, lúcida, como era él. http://desdelpuente.blogspot.com.es/2013/10/carta-abierta-cruz-morcillo.html

Imaginen lo que supuso que me invitara a su casa de un día a otro -"Aviso a navegantes, Cruz. En esta casa solo entran los amigos", me escribió- para charlar de periodismo y política; de vida y de amor por una forma de entender el mundo y el oficio, compartida a través de los años; él desde su maestría (aunque no se comportaba como tal) y yo desde la dicha absoluta y el pudor de los aprendices. Recuerdo la emoción al recibir su correo, la pulcritud y el cariño de sus palabras presentándome a su familia, la botella de exquisito champán con la que nos recibió a Víctor y a mí, la magia de sentir tanta cercanía hacia alguien a quien solo has "visto" a través de pantallas, ondas o papel y consideras un dios de los Sucesos. Recuerdo estar en plató en directo y recibir algún mensaje suyo de orientación o refrendo...      

Hubo un tiempo en que ignoraba que había dos Manuel Marlasca, padre e hijo, y a ese le sucedió otro en el que a ninguno de los dos les conocía personalmente, pero nuestros pasos (sobre todo los de Manu) se iban cruzando a través de los mismos conocidos y lugares. Él ya lo contó: llegaba a un despacho (de algún policía casi siempre) y me había ido yo y al revés. Pasaron los años, seguíamos leyéndonos y compitiendo en la información y jamás coincidíamos. Había fuentes que no me creían cuando aseguraba no conocerlo (ni a su hermano de fatigas Luis Rendueles, otro tipo enorme). Un día al volver de vacaciones, hace casi una década, Manu me había escrito un correo con el que me ganó para siempre. No necesitó ningún pretexto para felicitarnos a Pablo Muñoz y a mí, así en general y a lo grande, por nuestro trabajo diario en ABC; no ahorró en elogios y a mí que jamás me había sucedido tal cosa me pareció casi un marciano. 

Manu, el marciano, ha incurrido en esa persistencia del cariño y el elogio del compañero, ahora amiga. Cada vez que ha sucedido un episodio profesional relevante en mi vida se ha encargado de difundirlo sin que yo se lo pidiera. En los otros también ha estado de una forma u otra, pero esos permítanme que los dejemos a un lado. Hace unos meses, cuando un fiscal solicitó una pena de prisión para Pablo y para mí, Manu me llamó un sábado por la tarde. "A ver, Reina Mora, cuéntame". Me desahogué, sin más, sin saber para qué quería tantos detalles. Al día siguiente, escribió una carta abierta al fiscal con nombre y apellidos que es un ejercicio de valentía, rigor y amistad (sobre todo esto último). 

Al leerla recordé la carta abierta de su padre, escrita tres años antes. Los Marlasca escriben cartas públicas para abrazar o arropar a los amigos, para defenderlos frente al invasor como viejos caballeros, y escriben mail privados con la misma función. Son únicos. Ese código genético del viejo periodista que enseña al aprendiz, lo espolea y le ayuda a abrirse camino; ese ADN de respeto a las fuentes, al oficio, a las víctimas, a quienes nos leen o nos siguen; ese aplomo en la historia, la precisión y el rigor; toda esa clase personal y profesional andan un poco de retirada. Por eso yo quiero tanto a los Marlasca. 

Manuel, no he podido escribirte una necrológica. Tus palabras siguen vivas. Manu, sigue siendo un marciano. Seguro que le gusta... 

domingo, 16 de octubre de 2016

ACOMPLEJADOS

Otegi, tras salir de prisión en marzo                                            Foto: Efe


Dicen los chicos de Sortu con esa ampulosidad vacía de pareados imbéciles -"crispación", "provocación"- que ponen en duda "la veracidad de la versión difundida" (hablan del salvaje, cobarde y masivo ataque a dos guardias civiles y sus novias en Alsasua). Llevo 24 horas tragándome la lengua y sujetándome la mano, pero las dos se me han desbocado al leer los entrecomillados de su denigrante comunicado. Otegi y sus alegres muchachos deben de ignorar lo que es una intervención quirúrgica (ya saben eso a lo que han tenido que someter al teniente al que destrozaron un tobillo a golpes) y ante esa ignorancia o mirada al infinito, en su línea, critican que se esté construyendo "un relato oficial" basado solo en lo que cuenta la Guardia Civil. Paréntesis: Siempre que los leo me pregunto cómo se puede alcanzar esa perversión del lenguaje sin que a uno le sangren los nudillos al escribir, pero olvido que ellos están bien entrenados.  

No se contentan con cuestionar que se produjera la paliza porque no hay "informes ni denuncias públicas" (que alguien me ilumine y me aclare en qué consisten las denuncias públicas cuando a uno le abren la cabeza, el pie o la jeta a golpes, arremolinados en rabiosa jauría), sino que piden la liberación de los dos detenidos por la Policía Foral. También en su línea. Otegi y sus chicos de partido en realidad no se mueven ni un centímetro de su habitual dialéctica de víctimas, igual que no se destapan con ninguna novedad los matones del viernes noche en Alsasua. Pero que sean ropajes viejos no significa que no nos siga provocando el mismo asco. 

Ha cambiado el baile, sin embargo. Otegi lleva en libertad desde marzo y aunque hasta 2021 no puede ocupar un cargo público, su partido y miles de simpatizantes le han aupado para concurrir como candidato a lehendakari hace cuatro días. Refrendo popular y palmadas y altavoces para airear su mesiánico mensaje. Los demás callamos, acomplejados como estamos ante el temor de no ser lo suficientemente demócratas, de que nos llamen fachas, trasnochados, colaboradores, provocadores o cualquier sufijo de esos que ahora tienen predicamento instantáneo y demoledor. Algunos no entendemos que se revistan de autoridad sin cambiarse de ropa, sin pedir perdón y aunque estamos acomplejados por no ser lo bastante progres y por provocarnos asco comunicados como el de hoy, quemas de símbolos que han costado sangre y lágrimas y tibieza generalizada, para que nadie se moleste, callamos. 

No quería escribir desde las tripas, pero a veces es necesario y este es mi tablón. Prefiero a un teniente y a un sargento (y a sus novias a las que no tengo el gusto) que a una manada de "ospa egunas" desbocados y cobardes. Prefiero escribir a callarme. Prefiero a la Guardia Civil (y a la Policía) que a cualquier cachorro abertzale que siente la presencia de uno y otro Cuerpo como "asfixiante". Eso dicen en el comunicado. No he leído grandes reacciones. Ni toda la repugnancia que en cualquier contexto suscitan unos hechos como los de Alsasua. ¿Qué ha pasado para que sigamos rehuyendo el apoyo expreso a aquellos que han puesto los muertos y el terror y las familias? ¿Qué ha pasado, además de la vida y el desencanto para que siga dándonos miedo no tener miedo? Acomplejados, siempre estamos acomplejados. 

jueves, 16 de junio de 2016

EL NARCOMOTERO QUE ESTUDIABA ESPAÑOL

Emiel Brummer, socio mayoritario del señor de la droga británico Robert Dowes, duerme ya en una prisión holandesa gracias a la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que le puso las esposas en el piso franco de la organización en Torremolinos (Málaga) hace tres semanas. Es otra "pieza mayor" del negocio de la cocaína, que ha caído gracias al tesón de los investigadores y a una insólita colaboración con Holanda. Brummer y Dowes, "Lord Crimen" como lo bautizaron y que fue arrestado el pasado noviembre por los mismos hombres en Benalmádena, están relacionados con una ristra de asesinatos a cual más salvaje, que han regado de sangre y muerte las calles de Holanda: desde una cabeza hallada en una caja hasta tiroteos a pleno día con AK-47. El trasfondo es una lucha sin piedad por el control del tráfico de drogas que llegan a Europa. Caído Dowes, que está en una cárcel de París, su lugarteniente seguía moviendo el negocio. 

Brummer es un cabecilla motero de la banda Satudara de la que se servía para distribuir la cocaína. Esta sustancia está entrando sin pausa por los puertos de Rotterdam y Amberes que han consolidado la vía de los contenedores. En Holanda vivía en una autocaravana rodeado de un séquito de fieles que le daban protección, pero al venir a España se sentía seguro en la Costa del Sol donde tenían los dos pisos citados. A veces, Emiel pasaba unas semanas en Málaga, otras venía, se reunía en el aeropuerto o los alrededores con el jefe, recibía instrucciones y regresaba ese mismo día para seguir manejando las suculentas tajadas. Vida discreta, pese a su ejército de hombres, sus millones y su poder. 

"España se está convirtiendo cada vez más en un lugar de cobijo para los grandes narcos. Tenemos un problema. Viven y hacen negocios aquí", explica un agente de la UCO que ha seguido los pasos a los dos socios y a muchos otros. Tan a gusto y relajado se sentía que el narcomotero había empezado a acudir a una academia para recibir clases de español. Los investigadores no les han perdido la pista. Horas y horas de vigilancias y análisis porque como admite la Guardia Civil "están tan arriba que es muy difícil investigarlos". Lo han logrado y los han quitado de la circulación. 

En esta operación Brumosa ha caído Brummer, el narcomotero y otros cinco miembros de su grupo en Holanda. Curiosamente el hombre que vivía en una caravana con su mujer y su hijo guardaba (con su gente) armas de fuego, medio millón de euros en efectivo, diamantes, coches de alta gama y 150 teléfonos encriptados. Emiel, como Dowes, entregaba a sus hombres Blackberry que valen entre 2.000 y 4.000 euros cada una, dotadas con tarjetas encriptadas PGP, solo al alcance de las organizaciones criminales "top ten" y contra la que es prácticamente imposible luchar. Gracias a una labor de muchos años ni su universo tecnológico le ha evitado acabar entre rejas.     


martes, 14 de junio de 2016

EL BLOGUERO QUE ODIABA A LOS NIÑOS


DE VIAJE POR INGLATERRA

11698734_10206807042352946_3708768839770416866_nEstos dias de Julio estoy teniendo la oportunidad de visitar diferentes lugares en Inglaterra invitado por Kaplan International Colleges, una oportunidad fantastica de la que estoy disfrutando mucho.


Es una de las entradas en un blog (el no oficial que sigue abierto) de Juan Rivera Pascual, a quien una jueza de Valencia ha enviado a prisión, acusado de un delito continuado de abusos sexuales y otro de corrupción de menores. La Guardia Civil entregó a la magistrada la transcripción de un vídeo más que explícito que encontraron en su ordenador; las imágenes y el audio que lo acompañan no dejan dudas sobre el abuso a un pequeño (tenía ocho años) y de ese contenido se infiere además con claridad que no es la primera vez que vejaba a ese niño. Los investigadores del EMUME hablaron con él y con la delicadeza que les caracteriza lograron que la criatura les contara lo que le había ocurrido el verano de sus ocho años. 

No hizo falta que los agentes tras detener a Rivera Pascual, 25 años, y registrar su casa en Massarojos (Valencia) volcaran todo el contenido de su equipo informático, dado que más o menos a la vista, en Dropbox tenía almacenado dicho vídeo, junto a otras dieciocho carpetas con 900 archivos de contenido pederasta, unos cinco gigas, según fuentes de la investigación. Entre ese material repugnante, cuya elaboración significa romper por la mitad vidas de criaturas, se encontró también una foto de él con una niña en ropa interior. La madre de esa pequeña -a la que había conocido en una visita a un colegio- pidió a la Asociación de Madres y Padres de dicho centro el contacto del tal Juanri para que su hija saliera en las "cándidas" imágenes que el individuo colgaba en su exitoso "El blog de Juanri" y que aún permanecen en la red en su otro sitio web.  

El blog de Juanri, clausurado ya, con su contenido almibarado e inútil salvo como contenedor propagandístico es un ejemplo perfecto de indigencia intelectual aupada al éxito gracias al machacón márketing que se ha adueñado de todo, incluso de la educación. Un colegio no tiene por qué detectar a un pederasta/pedófilo sin antecedentes al que elogian todos los centros por los que pasa. Lo grave, lo preocupante es que casi un centenar de colegios, casi todos exclusivos, recurran o admitan siquiera a un tipo cuyo bagage visible es una página de internet similar a un catálogo de venta gratuita. Cuando empezó a visitar colegios, hace cinco años si los datos se ajustan cronológicamente, tenía 20; es decir solo a marchas forzadas habría terminado la carrera de maestro. Todavía no lo ha logrado. A nadie pareció importarle. ¿Para qué recurrir a un sesudo profesor si Juanri ya tenía un bonito y cuidado blog?. Y ahora que se ha destapado su verdadero rostro el interés de los centros parece que se centra en asegurar que no estuvo solo con los alumnos en ningún momento. Pero las fotos ahí están y resultan elocuentes. ¿Cualquier extraño puede fotografiarse de esa guisa con los niños en un colegio? No creo que a la mayoría de padres les haga -nos haga- la menor gracia. 

Este depredador, cazador de criaturas al cuidado de sus maestros ojeaba a sus presas donde era más fácil, donde pasan su vida y están más protegidos en teoría. Pero ha tenido un salvoconducto de lujo para llegar a ellos: un simple blog en el que anunciar las bondades educativas con precio como si fueran la oferta de la semana del hipermercado. Maldito márketing que se cuela en cada rendija... El blog de Juanri, con sus ranking y su educación de andar por casa, se convirtió en un modo de vida y en el pasaporte idóneo para el violador. 



lunes, 18 de enero de 2016

MORATE SE ABRAZÓ AL POLICÍA DE SU MADRE




Sergio Morate, el presunto asesino de Marina Okarynska y Laura del Hoyo, se ha negado a declarar, pero no a hablar. Las buenas artes de los investigadores de Homicidios lograron que contara algunos detalles de su doble crimen, sin llegar a confesar las muertes. "Evitó esa palabra. No dijo las he matado. Sabe lo que se hace", explica un veterano agente mientras recuerda que engañó a tres supuestos amigos para lograr huir: a uno le pidió un coche; a otro, ayuda para deshacerse de los cuerpos y al tercero que lo cobijara en su casa.  

Cinco de septiembre de 2015. Morate aterriza en España desde la capital rumana. Un mes antes mató a su exnovia y a una amiga de ésta. Ha estado en la cárcel desde mediados de agosto pero solo ha hablado para decir que no quiere que lo traigan a nuestro país. Homicidios ha preparado el traslado. Morate viajará de Madrid a los juzgados de Cuenca en el asiento trasero de un vehículo policial. A cada lado un agente de Homicidios. El conductor y el copiloto son geos. A uno de los policías que le flanquean le ha dado un abrazo al verlo. Es el mismo que ha estado en contacto con su madre desde que ocurrió todo. La mujer, destrozada pero colaboradora, le ha hablado a su hijo por teléfono de ese investigador, reconocible físicamente. Es el primer vínculo de Morate con su vida antes de que asesinara a las dos mujeres. "¿Eres tú?", le pregunta. El investigador asiente.

En el coche comienza a hablar. No es locuaz. Está convencido de que la Policía tiene todos los elementos para que lo acusen del doble crimen y quiere saber a qué atenerse... En Rumanía ha hecho consultas en Internet sobre los requisitos para la aplicación de la prisión permanente revisable que había entrado en vigor un mes antes. Hay partes de su relato que no resultan creíbles, pero el resto está apoyado por las investigaciones. Faltan pruebas científicas, falta una declaración del autor pero el que sigue es el relato fijado de un crimen machista que acabó con la vida de dos mujeres y los sueños de tres familias. 

Sergio Morate decide matar a Marina, su exnovia, incapaz de aceptar que ella lo haya abandonado tras cinco años de relación. La joven ha vuelto de Ucrania para quedarse; él ignora que se ha casado (se entera durante ese traslado por boca de los agentes). Quedan por teléfono. Una semana antes él ha comprado el arma homicida (unas bridas) y los elementos para hacerla desaparecer: bolsas negras industriales y cal... hay también un pico y una azada pero esas herramientas podían estar en la finca familiar en Chillarón (al menos allí paró para cogerlas junto a una botella de agua de la Virgen de Fátima, que su madre encargaba con asiduidad).  

Pasadas las cinco de la tarde Marina se presenta y le anuncia que viene con Laura a buscar sus pertenencias. Morate contó a los investigadores que él trató de impedir que subieran porque solo quería matar a Marina. Las dos amigas entran al piso. La ucraniana va directa al dormitorio y él la sigue; la enlaza por detrás con la brida y la mata al instante. Laura, al advertir el peligro intenta huir, pero el asesino ha cerrado con llave la puerta.   

QUERÍA "AJUSTARLE LAS CUENTAS"  

Poco después llega a la casa Alexander E., un preso colombiano de permiso con el que había hecho amistad en la cárcel de Cuenca. Habían quedado semanas antes para ir juntos a un concierto en Alicante donde tiene el domicilio el suramericano, en busca de una posible coartada. "Tengo ahí a Marina. Me he vuelto loco", le dice a Alexander y le pide ayuda (algo que el colombiano negó dos veces a la Policía). El preso se marcha sin ayudarle y Morate tiene que deshacerse de los dos cuerpos solo. Las introduce en sendas bolsas negras industriales -se encontró el rollo completo salvo dos- y las baja en el ascensor, sin que nadie lo vea, al garaje. Allí en su plaza habitual permanece estacionado un Seat Ibiza rojo que había pedido prestado a un amigo esa misma mañana. 


Ni en el ascensor ni el coche se han encontrado de momento restos de las víctimas, envueltas como iban en esas enormes bolsas que no fueron halladas igual que no han aparecido los guantes que con seguridad empleó el autor. Desde el piso de Cuenca, en la soledad de la bochornosa tarde de agosto, Morate conduce con las dos víctimas hasta la finca de Chillarón donde está el negocio de muebles con el que se gana la vida la familia. Coge las herramientas y el agua y mete todo en el coche. Luego va (casi seguro en otro vehículo a Palomeras y cena en su casa). Al caer la noche conduce el Seat Ibiza hasta el nacimiento del río Huécar donde tiene la tumba de Marina medio preparada. Exhausto deja el enterramiento a medias y escapa abandonando allí el pico, la azada y la botella de agua de Fátima con su ADN. "Me agoté y lo dejé sin acabar. Tuve agujetas durante una semana. Cuando llegué a Rumanía todavía me duraban", les cuenta a los agentes en el coche. Les dice también que quería "ajustarle las cuentas" a Marina. 

Esa misma noche escapa en su Seat Ibiza verde, inmaculado porque en él no ha traslado a las víctimas. Enfila hacia Rumanía pero como un animal acorralado cada vez que ve una luz que le recuerda a un coche policial o una posible cámara de control abandona su ruta. "Da vueltas y se pierde varias veces", señalan los investigadores hasta que llama a su amigo Itsvan Hortvath que va a recogerlo a Hungría.   

Su huida acaba pronto. La suerte se alía con los investigadores y en menos de una semana logran dar con él, recién llegado a casa del expreso rumano en Timisoara. Un mes después cuando lo trasladan es cuando habla por primera vez con los agentes. El viernes se lo contaron al juez de viva voz aunque en septiembre cada uno realizó un escrito de esa charla, se unificó y consta en el procedimiento. Al día siguiente del traslado y la "confesión" los dos policías se entrevistan en la cárcel de Valdemoro con el colombiano Alexander que había negado dos veces estar al tanto de lo que ocurrió. Esta vez, sí tuvo que reconocer que había estado en la casa de Morate en Cuenca, en la urbanización Ars Natura, y que su amigo le pidió ayuda y le contó que tenía allí a Marina.

La instrucción no ha concluido. Morate, con las secuelas de un cáncer de testículos y una intensa depresión, fue capaz de borrar pruebas y preparar su plan macabro. No hace falta su confesión, pero aún tiene que volver ante el juez. Como intuía cuando se sentó en ese coche entre dos policías, los investigadores lo tenían casi todo.  

sábado, 17 de octubre de 2015

DIOS VIVE EN UN LABORATORIO DE ADN

Rosario Porto y Alfonso Basterra durante una sesión del juicio     Foto: Miguel Muñiz
"No hay elemento objetivo para determinar que haya alguna contaminación interna". Uno dice esto ante un Tribunal y luego se va a su casa a comer tranquilamente. Total, es un análisis más. No es tan importante. Hay otras pruebas. Esto es ciencia debe de pensar; lo que no se demuestra, no existe. Pero y si después de esa negación categórica un hombre, uno cualquiera, tuviera que ir a prisión. No sería la primera vez, pero la supuesta ciencia y la soberbia y el no reconocimiento de un error evidente ocupan el peldaño superior. 

Lo que ocurrió ayer ante la Sala que juzga a Rosario Porto y a Alfonso Basterra por el asesinato de su hija es tan sencillo como bochornoso para la Guardia Civil. Seis técnicos del Laboratorio de ADN de Criminalística de la Guardia Civil se sentaron ante el Jurado con un propósito claro: que no se les entendiera y que no tuvieran que reconocer una equivocación clara en sus análisis. No lo hicieron por escrito hace casi dos años, aunque me consta que se les conminó a ello (sin éxito está claro) y han persistido ante un Tribunal. Imaginen cómo fue la exposición que el propio juez (presidente del Jurado) les dijo que no le había quedado clara y si no lo entendió el magistrado supongo que los once miembros que han de dar su veredicto no lo tendrían más fácil. 

Todo lo que explicaron deriva en la misma conclusión para alguien que aplique un razonamiento básico: restos de semen de un preservativo que se estaba analizando (había una denuncia de agresión sexual que nada tiene que ver con este caso) acabaron en la camiseta de Asunta. Contaminaron solo algunas muestras, no todas. Se usaron las mismas tijeras, distintas pipetas, dijeron, y el mismo frigorífico (con las muestras separadas más de tres metros, insistieron ellos). Explicaron su doble proceso de análisis para saber qué había ocurrido, pero sin encontrar una respuesta clara, decidieron que no había conexión directa entre ambos casos y con ese presupuesto eligieron la hipótesis favorable a ellos mismos y a su Laboratorio. La más fácil y la que no les acarrearía problemas. Todo perfecto salvo por un pequeño detalle: no hay ni un solo indicio en el resto de la investigación que conecte al dueño de ese ADN (el colombiano Ramiro Cerón) con Asunta viva o muerta. 

De manera que si ellos o el Dios del laboratorio con el que trabajan no se ha equivocado, se habrán equivocado sus compañeros, los investigadores de A Coruña porque no es posible a la vez aceptar A y B. Eso lo aprecia cualquiera con un mínimo sentido común, mucho más los responsables de un Cuerpo como la Guardia Civil que lleva casi dos siglos investigando a criminales. ¿Nadie en dos años ha sido capaz de sentarse con unos y otros (que visten el mismo uniforme y se supone que son leales a los mismo principios) para que se pongan de acuerdo antes de llegar a un Tribunal a jugar a la ambigüedad, sembrar dudas y jugar con la inocencia (sí eso dijo la Audiencia de La Coruña) de un hombre? La respuesta la vieron el viernes. No todo vale. Ni siquiera una acreditación de calidad. Dios suele elegir mejor los lugares en los que trabaja. 

jueves, 16 de julio de 2015

REGRESO A LA SEMANA NEGRA

...si hubiera sabido lo difícil que era escribir un libro, no me habría puesto a ello, y no pienso volver a hacerlo. Son palabras de Mark Twain que me apliqué a conciencia tras publicar "Palabra de vor" sobre los mafiosos rusos en España hace ya cinco años. Pasa el tiempo, pasa hasta Twain y un día te conviertes en reincidente. Vuelves a recordar lo difícil que es y te juras no volver a hacerlo, pero escribes hasta el final, con la incertidumbre y la soledad que siempre traslada la página en blanco. 

Ahora, camino de Gijón, con los nervios del alumno aplicado y las ganas de disfrutar de cada minuto de mi tiempo en la Semana Negra, no me puedo alegrar más de mi reincidencia. Presentar en ese festival de palabras y amor a los libros "El crimen de Asunta" es la mejor recompensa. Ser finalista por segunda vez del Premio Rodolfo Walsh lo tomo como un premio. El regalo es compartir de nuevo espacios con escritores a los que admiro y con lectores tan ávidos de literatura como todos los locos que nos olvidamos de Twain y reincidimos frente al papel o el ordenador una y otra vez. 



martes, 30 de junio de 2015

INTERIOR Y SUS VARAS "MIDE COMISARIOS"


Interior ha cesado a otros dos comisarios. A este ritmo de aquí al final de la legislatura se van a batir récord de quitar y poner jefes. Cada pocas semanas aparece una razón, pretexto o fundamento para remover escalafón. Si existiera la medalla al "cesador", la ganaría sin duda el director adjunto operativo (DAO), Eugenio Pino, con el respaldo del ministro del Interior. Hace unos días, Pino comunicó a los comisarios principales Miguel Ángel Santano y Telesforo Rubio que les apartaba de sus puestos porque les habían fotografiado tomando café con el diputado socialista Antonio Trevín en un bar cercano al Congreso. La imagen fue publicada por "La Razón" y la Dirección General de la Policía y el Ministerio no perdieron detalle, a tenor de las prisas. Son los dos últimos damnificados: antes la medida afectó al jefe de Asuntos Internos, al comisario de Chamartín y al "número 2" de la Jefatura de Madrid, a cada uno por razones distintas porque para eso son "puestos de confianza". Ese es el motivo que argumentó el ministro en el Congreso el pasado día 23 cuando se le preguntó por el último caso.  

Santano y Rubio son, además, dos viejas "bestias" para el PP. Ninguno ha negado jamás sus filias políticas, algo que les honra frente a tanto cambio de uniforme según el viento. A ambos les nombró el PSOE para cargos clave en 2004. Al primero lo colocó al frente de la Comisaría General de Policía Científica, su especialidad, y en la que realizó un magnífico trabajo; al segundo le encomendó la delicada Comisaría General de Información de la que salió escaldado con los enredos y maniobras nunca mitigados del 11-M y el chivatazo a ETA. Con la llegada al poder del PP ambos cayeron en desgracia -lo habitual en un Cuerpo sometido a los vaivenes de los políticos de turno-. Rubio estaba ahora asignado a la Subdirección de Recursos Humanos y Santano, arrinconado en el Consejo Asesor, un cementerio de elefantes o esquimales bien remunerado y de escasa o nula utilidad. Ninguno tenía ni coche oficial ni conductor como se publicó.

Pero la foto los ha removido de esos destinos tan cómodos como inoperativos. El PSOE reaccionó y registró varias preguntas parlamentarias. Quién ordenó seguir al diputado Trevín y por qué; en qué razón legal se basa el Gobierno para cesar a los dos comisarios, una decisión que califican de "arbitraria y sin apoyatura legal", además de suponer una "vulneración de derechos fundamentales". Sostienen que se quiere amedrentar a los agentes a base de medidas disciplinarias y retoman el concepto de que Interior está utilizando una "policía política".  Son todas acusaciones graves a las que el Ministerio tendría que responder cuanto antes. Pero la respuesta de Jorge Fernández Díaz fue: "Si ustedes pretendían con estas preguntas presionarme, están equivocados...Se pueden reunir cuando quieran pero siempre de forma adecuada..."

Todo muy transparente, en la línea de Interior y del CNP de los últimos tiempos. A Rubio lo han enviado a la Subdirección de Logística y a Santano lo han nombrado comisario zonal dependiendo de la Jefatura de Madrid. El Sindicato Unificado de Policía (SUP), mayoritario en el Cuerpo, lo tiene claro: no hay incompatibilidad entre ser comisario principal y ciudadano por lo que denuncian el "absurdo proceder del ministro" contra unos profesionales con más de cuarenta años de servicio. El cese evidencia una vez más las distintas varas de medir de Interior, que distribuye puestos y prebendas con holgura amparándose siempre en el mismo argumento: la confianza.

martes, 12 de mayo de 2015

UN JURADO FRENTE A UNOS PADRES

Una nota escueta del Tribunal Superior de Justicia de Galicia confirma el inicio del juicio por el asesinato de Asunta: el 23 de junio, día en que se constituirá el Tribunal del Jurado. Los acusados, sus padres adoptivos Alfonso Basterra y Rosario Porto declararán, si se cumple el calendario, el 25 y el 26. La gran pregunta es si alguno de los dos, encarcelados desde hace 45 meses, acusará al otro o aportará algún dato, alguna respuesta que sirva para explicar lo inexplicable o encienda algún punto de luz en medio de una historia tan oscura, incomprensible y terrorífica. Lo he escrito y dicho infinidad de veces: no hay precedentes en la geografía del crimen nacional de unos padres que se concierten para matar a una hija, una niña de 13 años, como sostienen la Fiscalía y las acusaciones. 


Será un juicio largo (hasta el 17 de julio), intenso y emotivo, con decenas de testimonios y periciales a partir de las que los nueve miembros del Jurado tendrán que decidir si la frágil Porto y el impertérrito Basterra  (ambos al menos en apariencia) son culpables o inocentes. Yo creo que ninguno colaborará más allá de lo ya dicho y escrito, pero tengo mis reservas: el horizonte penal es largo (18 años pide el fiscal y 20 la acusación popular) y ambos saben ya lo que es convivir con todo tipo de presos. Él además ya se semiexculpó en el escrito de defensa de su abogada. Le he dedicado tantas horas a este caso y me ha desgarrado tanto la imagen de esa criatura en una cuneta que deseo por encima de todo que se le haga justicia...Nueve hombres y un juez tienen la palabra. 


Os dejo este enlace, las primeras páginas de mi libro "El crimen de Asunta" editado por La Esfera de los Libros. Por si os apetece ahondar en el caso antes de que empiece el juicio. 
 

http://www.esferalibros.com/uploads/ficheros/libros/primeras-paginas/201412/primeras-paginas-paginas-del-libro-es.pdf

lunes, 11 de mayo de 2015

EL INSPECTOR BUSCABA NUEVAS PRESAS




"No hay tregua con los que abusan de menores y si es colega, menos aún". Es el mensaje de la Unidad de Investigación Tecnológica de la Policía tras detener a un inspector -"este para nosotros no es ya compañero"-, acusado de abusar de menores, grabarlos y almacenar abundante material de pornografía infantil. Hasta ahí una más de la cruzada que llevan a cabo Policía y Guardia Civil contra la pederastia en la red, salvo por dos detalles relevantes. Uno, el hecho de que el arrestado sea un inspector del CNP provocó que se filtrara la noticia con la operación a medias. Dos, el segundo objetivo importante no estaba aún "maduro", en el argot policial, por lo que no se le había detenido todavía. 

Ahora "habrá tomado buena nota y habrá quemado ya los ordenadores o los habrá tirado por la ventana", lamentan fuentes policiales. Y es un tipo "muy relevante para esta investigación". Ante la publicación de la noticia ayer domingo en "El Mundo", el TSJ de Madrid ha enviado hoy una breve nota aclarando algunos puntos. 

"El magistrado titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Torrejón de Ardoz, en función de guardia de detenidos, ha acordado la prisión provisional comunicada y sin fianza del inspector detenido la pasada semana por estar presuntamente en posesión de material pornográfico. 

Sobre el inspector pesa, en principio, una imputación por la supuesta comisión de un delito de posesión de material de pornografía infantil y otra por la supuesta comisión de un delito de prostitución infantil". 

El inspector había sido detenido por la BIT en enero mientras estaba destinado en la Brigada de Policía Judicial de Alicante. El Juzgado número 5 se encargó del asunto y es el que sigue llevándolo, aunque exhortó al de Torrejón para la detención. Al policía se le intervino muchísimo material pornográfico y quedó imputado por posesión. Al analizarlo los investigadores descubrieron vídeos en el que él abusaba de niños de entre 11 y 14 años. "Llevaba mucho tiempo haciéndolo", según fuentes del caso. 

Poco después pidió traslado a Madrid, a la Brigada de Extranjería y al no estar condenado se le autorizó. Pero sus compañeros no le han perdido de vista. Averiguaron que estaba buscando víctimas nuevas, sin éxito hasta donde se ha podido saber. Ante el riesgo de que volviera a actuar, la semana pasada le colocaron las esposas, pero no pudieron hacer lo mismo con otro de los sospechosos.  La operación tiene mucho más calado aunque no hay confianza en culminarla con éxito debido a la publicación de la noticia, un aviso a gritos para el resto de pederastas que se relacionaran con él.  


domingo, 1 de febrero de 2015

"CHARLIE NICOLÁS"

Francisco Nicolás en un fotomontaje

Los embaucadores fascinan. Unos más que otros. Yo me embelesé a finales de los noventa con José Manuel Quintía Barreiros, "el capitán Timo", quien vestido de almirante o capitán levantó millones a unos cuantos a golpe de "Viva España" y el Ejército; en cambio, el puntiagudo y ombliguista Francisco Nicolás, "Charlie" para los crédulos universales, no ha logrado conmoverme ni medio minuto. Como a los malos magos se le ve el truco hasta en la última fila. Carne de cañón aderezada con ínfulas de niño bien en lugar de raterillo de bolso y tirón. 

Confieso que me provoca hastío periodístico y vital. Abre la boca y mis neuronas ansiosas de entrevistas deseadas se apagan una a una. Su "florida ideación" da para tapizar esos jardines de Zarzuela que asegura haber frecuentado. Repasando el historial del "capitán Timo" me ha sorprendido encontrar algunas similitudes en la forma de actuar (mucho más elaborada la puesta en escena de Quintía, sin duda), pero pertenecen a dos galaxias. Durante el juicio de quien se hizo pasar por marqués y caballero, todos los que declararon destacaron su notable inteligencia (también la pericial psicológica) y su elegancia a la hora de tratar a la gente. Hubo un pequeño constructor a quien adeudaba 700.000 pesetas que aseguró que lo invitaría a café pese a no haber cobrado jamás y un general estafado que admitió cierto "síndrome de Estocolmo". 

Nicolás, en cambio, lisonjero, hace esperar a sus citas hasta el hastío y las abruma con sus preocupaciones olvidándose de cualquier cortesía elemental. El día 1 de octubre, poco antes de que lo detuvieran, su único objetivo era saber a quién pertenecía la matrícula de un vehículo que supuestamente le seguía. Los mensajes que cruza con sus dos interlocutores (dos policías municipales que deberían explicar bastantes palabras) causan bochorno. Uno de ellos le cuenta que ha sufrido un infarto y está en Urgencias en el hospital. Ya dos días antes le había dado información sobre la matrícula. No la suficiente a la vista de la insistencia de Nicolás. Como su amigo no puede atenderlo recurre al segundo policía que está con su compañero en el hospital y aunque este le recalca la situación médica del primero, en menos de media hora le pide tres veces que le facilite lo que necesita (una de ellas se equivocó al enviarle la dichosa matrícula por whatsApp).  Al margen del tipo de personalidad que trasluce esa insistencia y ese "yoismo", a mí me asalta una duda que no me deja dormir. ¿Desde cuándo un "Charlie" como se autoproclamó el imputado por tres delitos, o colaborador del CNI como dijo de manera explícita, necesita que unos simples policías municipales husmeen matrículas? Yo creía que eso estaba tirado y se enseñaba en primero de espía. Voy a tener que dejar mi afición por las películas de serie B. 

lunes, 8 de diciembre de 2014

LOS HÉROES NO SALEN EN LA TELE

Sor Mary Luz Ibarz, en la cárcel de Estremera  Foto: Ignacio Gil (ABC)

El martes me llegó un mail escueto: "Hoy ha fallecido sor Mary Luz" y con ese breve mensaje y otros que le siguieron se definió ante mí la imagen pasada de un héroe de carne y hueso, frágil en apariencia, que levantaba pasiones e iba sembrando esperanza y vida a su enérgico paso. La conocí en diciembre de 2010, una mañana de frío helador que acabó en nevada, en un erial a 70 kilómetros de Madrid donde se levanta la cárcel de Estremera, ahora habitada por algunos ilustres. Mi compañero Ignacio Gil (uno de los mejores fotógrafos que conozco) y yo asistimos embobados, tras el escepticismo inicial, a su curso de pastoral bíblica, con hombretones de abultado historial penitenciario rendidos a sus palabras y a su despliegue de cariño. 

Un toxicómano casi la tira al suelo ensimismado en su infierno particular; algún funcionario la miraba desganado con un punto despectivo; el exespía del CNI Roberto Flores, condenado por traición la trató con una familiaridad de improbables mundos contiguos... Y allí estábamos Ignacio y yo desconcertados y traspasados por esas vidas quebradas que rezaban y seguían a una monja de 72 años, con una sonrisa permanente y un abrazo dispuesto y seleccionado para cada uno. 

Ese efecto era el que ella causaba en quien no la conocía: primero el estupor y luego la rendición. En esa época iba cada semana a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias y le llevaba a Mercedes Gallizo cualquier cosa: una estampa, un verso... mientras le pedía que autorizase permisos a alguno de sus "preciosos" (como llamaba a los presos) al que iba a cuidar. Gallizo le hizo un "salvoconducto" para que la dejasen entrar en todas las cárceles para disgusto de algunos de sus responsables. Sor Mary Luz lo llevaba siempre encima, como un trofeo. "Es ingobernable", solían decir de ella, sin dar crédito a que un interno marroquí siguiera con la misma devoción su curso que el Ramadán. 

La Hija de la Caridad murió el martes tras pelear con un cáncer devastador y terminal. "He estado viendo a Mary Luz, la frágil monjita, que tantísimo ha hecho por los presos y que tan incomprendida ha sido... a veces. Desde ayer ha tenido una mejoría y me avisaron las hermanas del convento para que si quería fuese a verla... Me ha reconocido y he estado hablando con ella más de media hora. Su estado es terminal pero sigue preocupándose por los presos y diciendo a las hermanas lo que tiene que hacer... su sonrisa y la serenidad de sus ojos azules algo borrosos ya, se han quedado conmigo. El domingo en el horario que se la puede ver, aunque estaba muy mal me ha contado la superiora que pasaron por allí cerca de 300 personas. Si los santos existen, estoy seguro de que Mary Luz será uno de ellos". 

Este mensaje es de una de esas personas que se cruzó con "sor Tripi", como la llamaban los internos, por su trabajo penitenciario, nada que ver ni con las Hijas de la Caridad, ni siquiera con la religión. Es elocuente de la huella que esta mujer imprimía en los demás. Ella no salía en la tele y, sin embargo, es una de las grandes heroínas que han conocido muchos hombres y mujeres. Para ti la Paz, Mary Luz Ibarz Bazán. 

Les dejo el reportaje que escribí tras aquella visita a Estremera.    

http://www.abc.es/20101226/sociedad/presos-catequistas-201012252204.html


lunes, 1 de diciembre de 2014

"LO DE LA COMPAÑERA NO HA TENIDO SOLUCIÓN"

No hay nada comparable al dramatismo de las transmisiones policiales cuando ocurre una desgracia. Una vez escuchadas es imposible borrarlas de tu memoria. Si las voces anónimas de los indicativos hablan de un compañero de azul, atacado, herido, en peligro... la tensión, la impotencia, el dramatismo que traslucen es difícil de explicar. Decenas de oídos vestidos de uniforme y de paisano siguieron el atraco de Vigo del pasado viernes a través de esas transmisiones con la garganta seca y los ojos húmedos. La muerte saliendo al paso de una de los suyos: Vanessa María Lage Carreira, destinada en la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la comisaría de Vigo. Cuando a través de la malla un policía informó, con voz metálica y fría, recompuesta ya del llanto "lo de la compañera no ha tenido solución", muchos maldijeron en voz baja y otros se sumaron a esas lágrimas sordas.

El policía al que tocó contar al resto la peor noticia, a través de las transmisiones, era el mismo veterano que poco antes cuando iban a trasladar a Vanessa desde el lugar en el que fue tiroteada informó de que la situación crítica de la agente revertía, que había una leve mejoría. "Era como un padre hablando de su hija. Emocionado y contento", relata uno de los compañeros que esperaba noticias al otro lado de la emisora. Luego, él y los demás, siguieron atendiendo llamadas todas la tarde, algunas fuera de lugar.


Los que nunca hemos vestido uniforme, pero nos sentimos tan cerca de ellos tantas veces, nos preguntamos, yo me pregunto, cómo se soporta una situación extrema como la vivida en Vigo, con una agente muerta y su compañero, el subinspector Vicente Alló, extremadamente grave en un atraco de esos a los que ya no estamos acostumbrados. Enrique Lago Fariñas, el asaltante, salió ese maldito viernes dispuesto a matar con su pistola del 9mm y sus tres cargadores preparados. Pero ni Vanessa ni Vicente ni el resto de los agentes se podían preparar para la muerte. Nadie nunca lo hace, de lo contrario te quedarías en tu casa, o te pondrías enfermo o pretextarías lo primero que se te pasara por la cabeza.


He podido escuchar un fragmento de esas conversaciones agónicas donde un indicativo con la voz quebrada dice: "Pidan una ambulancia para el rehén que lo tenemos con un tiro". Y otro añade: "A ver si me pueden informar quién es la compañera y dónde la llevan". Reciben respuesta, también traspasada de nerviosismo y preocupación. "Se han llevado al compañero, tiene un tiro en el pecho. Al subinspector lo han llevado al Xeral". "Está muy mal", se oye entre medias sin que quien habla precise quién de los dos está muy mal. El silencio que le sigue es aún más elocuente que las palabras.

Vanessa María Lage estaba en la primera línea cada día, como todos los agentes que forman las Unidades de Prevención y Reacción (UPR) de la Policía Nacional. Un día te toca una manifestación y otro un atraco o una riña callejera. Ayer un panfleto digital mancilló su nombre y el de todas las mujeres que lucen con orgullo, pasión y mucho esfuerzo el azul de su uniforme logrado a golpe de tesón. A mí solo me provoca desprecio. Me interesa por encima de todo saber si actuaron conforme a los protocolos; si tenían o no a su disposición los medios necesarios para esa actuación o cualquier otra de las que tienen que afrontar y, por supuesto, por encima de todo la recuperación del subinspector herido. Por él y por su compañera, policías de toda España han salido hoy a la calle y nos han pedido a todos que los acompañemos en su dolor. Es en lo único que podemos estar a su lado. Ellos mientras seguirán oyendo las voces del horror del mundo a través de sus emisoras y viéndolo pasar por delante cada jornada.  

martes, 18 de noviembre de 2014

PÚNICA: EN LIBERTAD POR SU VOZ

Detención de uno de los empresarios implicados  *ABC/Rober Solsona

José Manuel Casado, informático de Collado Villalba, se pasó 36 horas en el calabozo del cuartel de Rivas. Iba a trabajar el lunes 27 de octubre cuando lo detuvieron, sin llegar a colocarle las esposas. Insistió a los guardias en que era inocente. La cantinela de todos, debió de pensar alguno. Le acompañaba su mujer, pero su arresto era tan extraño que ella creyó que se trataba de un secuestro express y él de una cámara oculta o una broma de mal gusto. Los agentes de la UCO le informaron de que estaba detenido por cohecho y pertenencia a organización criminal. Cohecho, un hombre que llevaba más de un año parado y hacía poco que había empezado a trabajar dando clases de informática en un centro de mayores de su pueblo. 


Las horas se le hicieron días. Se sentía como el infortunado protagonista de una película de serie B cuando le hicieron la reseña policial, le leyeron los derechos y le pidieron una abogada de oficio. Incomunicado, Casado ignoraba que su nombre figuraba como objetivo en la lista de más de medio centenar de la operación Púnica contra la corrupción municipal, con el exconsejero de Justicia e Interior Francisco Granados a la cabeza y media docena de alcaldes madrileños, entre otros políticos implicados. 

Pasó todo el lunes y a media tarde del martes le llegó el turno de declarar. Uno de los responsables de la investigación se sentó frente a él en presencia de la abogada que se le había designado y comenzó la declaración en el cuartel. A los cinco minutos de empezar, nada más responder a dos o tres preguntas, el guardia civil le dijo a Casado y a la letrada que esperaran un momento y salió. "Este hombre no es el que hemos oído por el canuto. Este no es el de los pinchazos", les dijo a sus compañeros. Revisaron los nombres de los objetivos y no había error, pero el agente que había escuchado las grabaciones teléfonicas, autorizadas por el juez Eloy Velasco, se fió de su recuerdo. La voz no era la de José Manuel Casado. Fue en busca de la escucha, se colocó los auriculares, y comprobó que estaba en lo cierto. 

"Ha habido un error. Queda usted en libertad de manera inmediata", le dijo el agente excusándose ante Casado pero sin explicarle cómo se había descubierto que no era la persona buscada. Un par de días después se dio con el José Manuel Casado de la escucha y la imputación: un comercial de El Faro de Guadarrama, a quien se acusa de actuar presuntamente como intermediario entre el Ayuntamiento de Collado y la empresa Cofely, en el centro de la trama Púnica. 

Casado fue despedido de la empresa porque al principio no creyeron su pretexto de su ausencia al puesto por estar detenido. Tras la mediación de los investigadores se le readmitió. El error se pudo reparar y algo más: el comandante del Grupo de Delitos contra la Administración y el coronel de la UCO se presentaron en la casa del informático para pedirle disculpas personalmente. El episodio acabó de forma tan cinematográfica como había empezado y José Manuel Casado ha vuelto a ser el informático sin tacha y con empleo.    

martes, 14 de octubre de 2014

UN FISCAL, UN MENOR Y EL ÉBOLA

Viernes 10 de octubre. Un zeta patrulla por un distrito de Madrid. Los agentes ven deambular a un chico negro de rasgos aniñados. Parece menor. Lo trasladan a dependencias policiales y comprueban que se trata de un joven de 16 años, nacido en Guinea Conakry, que llegó a Algeciras de forma irregular el pasado septiembre. Un mes después, en lugar de estar en un centro de protección estaba en la calle a muchos kilómetros.

Los agentes conocen el Protocolo de Menores Extranjeros no acompañados, los llamados MENA, el último firmado a bombo y platillo en julio por nada más y nada menos que cinco Ministerios (Empleo, Justicia, Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad, Interior y Exteriores) y el fiscal general del Estado, Eduardo Torres Dulce. El objetivo es que se coordinen todas las administraciones para atender, identificar y proteger a esos menores que llegan casi a 3.000 en España.

Al chico encontrado en la calle no hubo que hacerle las pruebas médicas para determinar la edad puesto que ya se sabía quién era y los años que tenía. El siguiente paso, siempre según el protocolo, era ponerlo a disposición del fiscal de Menores.

"Cuando los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad localicen a un extranjero no acompañado cuya minoría de edad no pueda ser establecida con seguridad por razón de su documentación o de su apariencia física, éste será entregado a los servicios de protección de menores competentes, para que le presten la atención inmediata que precise, poniéndose tal hecho en conocimiento del Ministerio Fiscal, que dispondrá, en el plazo más breve posible, la determinación de su edad, para lo que deberán colaborar las instituciones sanitarias oportunas que, con carácter prioritario y urgente, realizarán las pruebas necesarias (...) Determinada la edad, si se tratase de un menor, el Ministerio Fiscal decidirá su puesta a disposición de los servicios competentes de protección de menores, dándose conocimiento de ello al Delegado o Subdelegado del Gobierno correspondiente" (Ministerio del Interior)

Los policías cumplieron los pasos. Su sorpresa fue la decisión del fiscal. "Trasládenlo al centro de Hortaleza (de protección) y desde ahí al Hospital Carlos III. Procede de un país caliente y puede tener ébola", les dijo manteniéndose a una distancia prudencial. A continuación les ordenó que aislaran el coche policial y de milagro no acabaron también ellos en el Carlos III. Cuando los jefes de los funcionarios se enteraron pusieron el grito en el cielo y pararon la insensatez. "Si el fiscal ordena eso, que lo haga por escrito", replicaron.

A veces los periodistas asistimos a situaciones, órdenes y contraórdenes que causan estupor. La mayoría no las contamos o las endulzamos. Yo pedí permiso para relatar esta sin aportar datos que permitieran identificar al fiscal o a los policías que acabaron trasladando a un chico perdido y solo, casi seguro que con una historia terrible a sus espaldas, al centro de protección.  

Era viernes y eran casi las tres de la tarde. Uno de esos mandos policiales a quien le quedaba una larga tarde por delante se despidió de mí con el siguiente comentario teñido de ironía amarga:  "Tal vez no era miedo al ébola, Cruz. Es viernes y el fiscal tenía ganas de irse a casa".


domingo, 21 de septiembre de 2014

MATAR A UN GUARDIA VALE 4 AÑOS SIN CARNÉ

El 19 de diciembre de 2009, Juan José Martínez Martínez, guardia civil de Tráfico, señalizaba un accidente en el kilómetro 9 de la A-6 sentido Madrid. Eran las once de la noche. Una conductora lo atropelló y lo mató en el acto. Hace unos días se dictó sentencia: dos años de prisión y cuatro de retirada de carné. Le aplicaron una atenuante por dilaciones indebidas de la Justicia. Como la acusada carecía de antecedentes no ingresará en prisión. He pedido permiso a una amiga del Cuerpo para reproducir la carta que ha escrito la viuda del agente. Sobran las palabras. 
CARTA A UNA CULPABLE
Mi nombre es Beatriz, viuda de Juan José Martínez Martínez, Guardia Civil de Tráfico que perdió su vida el 19 de Diciembre del 2009. Actualmente tengo 37 años, pero el día que usted me quitó parte de mi vida y de la de mis hijos tenía 32, un hijo de 5 años y un bebé de tan solo 8 meses.

El pasado 8 de Septiembre de 2014, casi cinco años después del fallecimiento de mi marido por fin la conocí, estaba sentada justo enfrente de usted en aquella sala de espera de aquellos juzgados; creo que usted no me reconoció, quizás porque esperaba a alguien más mayor o quizás vaya usted a saber por qué. Durante todo el tiempo que coincidimos en este lugar separada de usted por apenas un metro y medio, pude observar y escuchar sus argumentos y los de su abogado preparando su defensa. Oí claramente como comentaban que estas cosas pasan, que fue un accidente, que el vehículo que se hallaba en el tercer carril de la A-6 y al cual mi marido estaba auxiliando también le había pasado. Oí tantas cosas que usted decía…tantas cosas que le decía su abogado… como que no se preocupase, que no le iba a pasar nada…qué razón tenía.

Pues bien señora, lo que a usted le pasó no fue un accidente si no un homicidio, un homicidio porque usted iba drogada, coloquialmente denominada como fumada, usted se saltó todo el control policial invadiendo la zona de seguridad que los agentes habían determinado mediante conos, luces, señales etc. Usted no varió ni un centímetro su trayectoria arrollando todo lo que tenía por delante a una velocidad de 104km/h; entre aquellas cosas que usted se llevó por delante se encontraba mi marido que no tuvo tiempo de reaccionar y ponerse a salvo, a salvo de personas como usted. Circulaba sin control, quizás porque el efecto de las drogas le hacía ser un peligro público al volante o quizás también porque carecía del seguro obligatorio de responsabilidad civil para la circulación de vehículos a motor y pensando usted que aquello era un control rutinario no detuvo su vehículo.

Tras casi cinco años de espera a que usted sea juzgada, la justicia alega dilaciones indebidas, es decir que ha pasado mucho tiempo desde los hechos hasta el día de hoy y por alguna razón que escapa a mi entendimiento la condena que inicialmente pedían tanto el fiscal como mi abogado de tres años de prisión debe ser rebajada porque la acusada ha pasado mucho tiempo con la espada de Damocles encima y de alguna forma hay que compensar dicha espera.

Regresa a su casa victoriosa y triunfante porque tal y como le advirtió su abogado no tenía nada que temer, la justicia de este país es así, inculpa al culpable. Antes de marcharse de aquellas dependencias nos dió a mi familia y a mí la estocada final trasmitiéndonos que usted también había tenido lesiones…y yo me pregunto ¿Qué clase de persona es usted? ¿De qué lesiones me habla? Las lesiones que usted le produjo a mi marido eran incompatibles con la vida debido a la brutalidad del impacto, las suyas fueron por su propia negligencia al volante.

Mi marido no era nadie ni para usted ni para la sociedad, solo era un Guardia Civil de Tráfico cumpliendo con su deber y dando su vida por ello. Pero hay una salvedad, que para nosotros; para su mujer, para sus hijos, para su familia, para sus compañeros y amigos si era alguien, era Juanjo, era mi marido y el padre de mis dos hijos que usted se encargó de dejar huérfanos con tan corta edad.
Sin más dilación como dice la justicia, me despido de usted esperando que algún día, de una u otra forma pague por lo que hizo.

Atentamente

Beatriz Sánchez


sábado, 12 de julio de 2014

MIGUEL ÁNGEL BLANCO NOS CAMBIÓ LA VIDA

Querido Miguel Ángel:

Allá donde estés, te doy las gracias. Lloré cuando te ejecutaron esas malas bestias. Lloramos todos. Tuve el corazón en la boca en esa agonía de 48 horas, que luego fue aún más larga y dolorosa. Lo tuvimos todos. Yo creo que la muerte nunca sirve para nada, salvo para supurar dolor y pérdida. Nos consolamos pensando que de algo valió, en este caso la tuya. La catarsis social, política, todo eso tan dicho y tan aireado por tantos. El pretexto, el aldabonazo que nos hace detenernos y girar la cabeza. La reflexión, las preguntas y a veces las respuestas.

Ese 10 de julio en el que tú ibas a trabajar y seguramente pensabas ya en tus vacaciones, yo andaba muy perdida. Con mi licenciatura de Periodismo bajo el brazo y alguna incursión profesional, había tomado la decisión de dejar de ser periodista. Fíjate, no había esta crisis y esta desesperanza profesional para muchos, pero mi determinación era clara. Había que pasar por el inevitable trance de trabajar gratis para abrirse camino y siempre he pensado que eso atenta contra la dignidad de uno. Como no se me daba mal la hostelería y ya tenía cierta experiencia, había elegido ese camino. Pero algo explotó cuando vi tu ataúd, tu cara, tu valor al enfrentarte en los plenos del Ayuntamiento a las bestias; cuando vi a aquellos millones de personas rebelándose y a decenas de compañeros míos narrando todo ese dolor, toda esa rabia, toda esa injusticia...

Ese día, el día que te mataron, el día que tú conseguiste hacer hablar al silencio, decidiste involuntariamente mi futuro. Y volví a ser periodista, contadora de historias, lo que había soñado desde niña, aquello en lo que había puesto tanta voluntad y tanto esfuerzo. Esa misma noche redacté mi currículo y mis cartas de presentación. Dos meses después, me admitieron y me becaron en ABC. Y aquí sigo. Contando historias, con mayor o menor fortuna. Una buena parte de esa fortuna te la debo a ti. El dolor que cambia vidas, que cambia el mundo. Gracias, Miguel Ángel. Allá donde estés, para ti la PAZ.  


jueves, 3 de julio de 2014

EL PEDERASTA Y LOS RUMORES ENVENENADOS


"Placas al parecer de un individuo que ha raptado a dos niñas en Ciudad Lineal hoy, en una calle paralela al centro comercial Alcalá Norte. Difundidlo a todos los que podáis, da igual el distrito, parece que pudiera ser el violador de menores de Ciudad Lineal. Esta si es una cadena realmente importante". Llevo varios días dando vueltas a escribir o no este post, pero este mensaje falso y otros cinco similares que he recibido en las últimas horas (reenviados por madres de compañeros de colegio de mi hijo) han decidido por mí.

La secuencia es la siguiente. Desde abril, la Policía de Madrid se deja la piel en encontrar a una bestia que ha raptado a tres niñas, las ha drogado, ha abusado de ellas y luego las ha abandonado tras lavarlas. Ha actuado en todas las ocasiones en el distrito de Ciudad Lineal. El caso tiene prioridad absoluta y un millón de dificultades. "Estamos ante uno de los individuos más peligrosos y escurridizos en años", sostienen desde la investigación. La Brigada de Policía Judicial, flor y nata desde hace muchos años, está volcada; la Jefatura madrileña entera, también. Se han creado tres niveles dentro de las pesquisas y las gestiones se llevan con absoluto secreto. Lo que toca. Lo que debe ser.

Los investigadores cuentan con tres pequeños hilos de los que tirar y a ellos se aferran con la esperanza de atrapar al malnacido antes de que decida actuar de nuevo y elija otra presa indefensa, y con la conciencia de que quizá esa sea la única posibilidad de ponerle rostro. Un dilema que carcome a cualquiera y a ellos más que a nadie. A algunos los conozco y sé que hasta que no lo metan entre rejas duermen lo justo y su vida gira en torno al caso.

No hay matrícula de coche, como divulgan rumores infames (solo un par de números sometidos a millones de combinaciones); no hay grabaciones; no hay ADN y ni siquiera una descripción física rotunda (no podemos olvidar que la víctima mayor tiene solo nueve años). Pero frente a esas espinas ha surgido como tantas veces la infamia y el desconocimiento mezclado con el miedo lícito de miles de padres. Testigos que aseguran a quien los quiera oír que lo han visto y que al mostrarles fotos o interrogarlos sobre determinados aspectos no dan una; personas que buscan revancha señalando a quienes nada tienen que ver; mensajes de terror difundidos a través de las redes sociales, incluso fotografías de supuestos sospechosos.

Ocurre cada vez que un suceso nos sacude o pensamos que nos puede tocar de cerca. No hace falta buscar muy lejos para encontrar la psicosis que se creó tras el 11-M con las mochilas abandonadas en cualquier parte o con árabes a los que se señalaba con el dedo. La vieja táctica de sembrar pánico tan eficaz en la guerra. La Policía, a través de diversos canales, pide calma y prudencia pero el veneno y el miedo se disparan. Hasta tal punto ha llegado esta intoxicación que se ha creado un grupo de agentes solo para separar el grano de la paja. Elocuente. En este caso la paja sobra y el grano sigue libre. Es la única certeza. La mía, además, que lo atraparán. 

Calle donde se produjo el último secuestro *Foto: Ángel Navarrete (ABC)



miércoles, 25 de junio de 2014

POLICÍAS "ATADOS" POR JUECES


"Espero que este tipo no robe en su casa ni en la mía. Espero que no tenga usted la mala suerte de que eso ocurra". El inspector de Policía apretó los dientes y salió del despacho del juez que acababa de denegarle unas escuchas. Sobre la mesa le había dejado decenas y decenas de antecedentes del ladrón y tres identificaciones por huellas tomadas en las tres últimas viviendas que había desvalijado. Pero ninguna era la casa del juez, de forma que no le pareció suficiente para motivar las intervenciones telefónicas.

El inspector que me contó este episodio puso meses después a disposición judicial al delincuente, un bragado madrileño con un historial que rellena varias páginas y que de nuevo está en libertad. Su respuesta al fiscal a punto estuvo de salirle cara. "Normalmente te callas, pero es que lo teníamos, solo necesitábamos un par de teléfonos. El grupo estaba bajo mínimos y con poca moral ya". 

Es la vieja historia en la que, a veces, los investigadores parecen ir por un lado y algunos fiscales y jueces por otro. Tan lejos tan cerca. Esta misma semana un mando policial me contaba con un deje de amargura y frustración dos situaciones mucho más graves de dos investigaciones de enorme calado que aún están abiertas. 


Hace poco más de un mes detuvieron a un tipo por una agresión sexual en Madrid. La mujer lo identificó, pero por un motivo que no se puede revelar todavía el juez de guardia no autorizó a los policías que se le tomara el ADN. Quedó en libertad y volvió a actuar, esta vez con un final más macabro aún. La resolución del caso está cercana, pero la víctima nunca podrá ya saberlo. El responsable de las pesquisas se lleva las manos a la cabeza. "Esto nunca lo contáis", me reprocha. "No podemos si lo ignoramos", le replico. A veces, tengo ganas de decirle, queremos contarlo y sois vosotros, los investigadores, los que ponéis freno. "No me encabrones al juez que bastante hemos tenido" o "sí, los ha puesto en libertad pero le había echado un par". Lo normal, elevado a categoría de insólito. Generalización, obvio, aunque cualquier compañero del negocio ha vivido quejas similares que, probablemente, se dirijan en la dirección contraria si la fuente es un juez o un fiscal. 

Y la última de "juzgado de guardia". Otro grupo de policías necesitaba desesperadamente ver siquiera de refilón el rostro de un desalmado, pederasta, violador, una mala bestia. Las declaraciones de las víctimas no servían para elaborar una descripción física siquiera aproximada. No tenían huellas ni ADN ni casi un hilo del que tirar. Tras revisar calle por calle sin encontrar una sola cámara, al fin dieron con un comercio que sí la tenía. Hablaron con el dueño, esperanzados. "Lo siento, agentes, la tengo apagada. Enfoca hacia afuera y graba 60 centímetros de la acera. Me denunciaron y un juez me puso 12.000 euros de multa. La cámara está pero ya nunca la conecto". Con esas palabras sepultó la última esperanza de una imagen que quizá, solo quizá, podría salvar una vida.