miércoles, 12 de febrero de 2014

DÍAS PARA HOMENAJEAR


Levantarse tarde. Llegar tarde al colegio. Estropearse la calefacción y recordar que hasta los 21 años no tuve calefacción. Llamada de un viejo conocido que asusta. Responsabilidades. Desazón por lo que uno escribe y las consecuencias que tiene. Implicación. Toque de atención. ¿Hasta dónde llegas como periodista y hasta dónde como persona? Visitar una casa (la que fue tu casa). Sentir distancia. ¿Cuántas vidas somos capaces de atravesar, cuántas veces capaces de reinventarnos? Nos bombardean con el mensaje de acomodarse. No. Ese no es el camino. No pasa nada por perderlo todo ni por conseguirlo todo. Relativismo. Moral no. Del otro, todo. Enfermedad. La pareja de alguien a quien tengo gran afecto. Ver en su mirada las ganas de luchar. Recuerdos. La lucha propia. Ganar la partida. Vuelta a un barrio. Golpeado. La obviedad de que siempre pierden los de siempre. 



Comida con Pablo. La hermandad compartida durante 17 años. Recuerdos de tantas risas y tantos disgustos. Caminos separados pero paralelos. Criterio común. Enfoque en su lugar. Adiós a los tiburones. El trámite. Ellos investigan. Reconocimiento mutuo. "Palabra de vor" sigue siendo un referente para algunos. Orgullo. Escribir de madrugada y dormirse sobre el teclado. Horas y horas de insomnio forzoso y de aprendizaje. Saber contar. Saber vivir. Calma. 

Casa. Que te esperen. Que no te juzguen. Que te abracen. Que te cuiden. Él y mi hijo. Uno más uno igual a tres. Somos producto de nuestra lucha. Somos lo que elegimos ser. Nada está escrito. Si te vas a dejar arrastrar, que sea por las palabras más bellas, las elegidas con mimo. 

Hoy quería homenajear al día. El frío ya no me roza. Espero que lo entendáis. Hasta los suceseros tenemos un músculo debajo de la chaqueta. 

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