martes, 16 de abril de 2013

"EL SOLITARIO" QUE DESPRECIA A LAS MUJERES




"Tras su muerte tuve una depresión durante dos años, ahora estoy trabajando, pero mi vida ha cambiado por completo, yo era una persona muy risueña y ahora apenas se me ve la sonrisa. Para mí era mi marido". La Sala escuchó sobrecogida el testimonio de Caños Santos. Había perdido a su compañero, a su amor, el guardia civil Juan Antonio Palmero. Un golpe de mala suerte hizo que una mañana de junio de 2004 se cruzara con él y con su compañero José Antonio Vidal un asesino frío e histriónico. Un payaso que arrancaría carcajadas, si no fuera porque tiene la misma facilidad para arrancar vidas: Jaime Giménez Arbe, conocido como "el Solitario".


La semana  pasada reapareció en su papel de bufón de trena y sala de vistas, proclamando su inocencia y mostrando su cara de hormigón y sus greñas características en la Audiencia de Madrid. El fiscal pide 11 años de prisión por el atraco de un Banco Popular en Alcobendas de donde se llevó 21.000 euros y disparó al mostrador. Fingió desmayarse; sus abogados se encargaron de airear la cantinela de que está en huelga de hambre de nuevo y pidió a la juez agua: "Es lo que necesito para recuperarme y hablar. Si quiere usted que hable porque, total, me van a condenar igual". A Giménez Arbe se le atribuyen una treintena de atracos violentos en sucursales de toda España. Lleva en prisión desde julio de 2007 y ya tiene tres condenas: la más importante, de 47 años, por asesinar a los guardias Palmero y Vidal. Ahora le espera la cuarta y sigue recurriendo a su estrategia de bufón para eludir su responsabilidad.

Jaime Giménez Arbe durante su último juicio 

Su mirada transita entre el desprecio y el borde de la autocomplacencia. Cumple condena en la prisión portuguesa de Monsanto, pero su objetivo es ser trasladado a una cárcel española. Para lograrlo se ha valido de todo tipo de argucias, incluido un libro-panfleto ridículo y pueril que induciría a risa tanto como él si no fuera porque el "Robin Hood" que dice ser no tiene empacho en agarrar cualquier arma y disparar si alguien se interpone en su camino.

Su exmujer y madre de sus dos hijos, Anita Sharrock, le conoce bien. En 2008 me concedió una entrevista para ABC y me mostró a una mujer asustada y engañada. Había pasado veinte años con Jaime pero no tenía la menor idea de que vivía con "El Solitario". En ese momento, él desde la prisión de Monsanto la había amenazado por carta reiteradamente: seis misivas sin desperdicio.
«¡Cuídate las espaldas porque conozco a mucha gente y no te voy a dejar tranquila nunca!», le escribió en una de ellas. «Es muy rencoroso, no me ha perdonado que le abandonara», me confesó Anita desde el Reino Unido. «Mi vida es una mentira. Nadie imagina lo que supone descubrir que no conoces a la persona con quién has estado más de 20 años. Entiendo que alguna gente no me crea pero es así».

Jamás sospechó de él pese a que nunca fue una pareja ni un padre ejemplar. «Yo le decía que se llevaba mejor con las máquinas que con las personas. Era muy casero, no bebía ni se drogaba, sólo fumaba muchísimo. Si no estaba en el garaje, estaba en la nave (o eso creía yo). Casi siempre volvía a casa a dormir, contadas veces no lo hacía». Anita se estremecía entonces al recordar que la misma noche que mató a los dos guardias civiles durmió en su cama. En 2005 ella cogió a sus dos hijos, que entonces tenían 18 y 15 años y se marchó de su casa y hasta hoy.

Pero Giménez Aorbe no perdió el tiempo.De hecho, el golpe que iba a perpetrar cuando fue arrestado en Portugal, en 2007, iba a ser el último. Con el botín viajaría a Brasil para casarse con Iris Roberta, su novia 11 añs menor con la que pretendía inicar una nueva vida. Tenía comprado el billete de avión, pero la Policía se cruzó en su camino. Roberta iba a ser su tercera esposa. La brasileña reiteró que no sabía nada de la doble vida de su enamorado; Anita, lo mismo.

"Es un antisistema. A mí eso siempre me molestó. Me pregunto y no encuentro respuesta qué ha hecho con el dinero de los atracos. Yo casi siempre he tenido dos trabajos, como profesora de inglés en un colegio y por las tardes daba clases en una academia o a particulares. Nunca nos sobró el dinero, y a veces faltaba». Eso me contó Anita, pero mientras ella trabajaba sin descanso Jaime ingresó hasta 100.000 euros en varios bancos. En su panfleto, "El Solitario" aparenta querer a sus mujeres. Su vida, en cambio, ha sido una oda al desprecio que siente por ellas.



No hay comentarios:

Publicar un comentario