lunes, 3 de marzo de 2014

PALABRA DE CALÓ



"No queremos que vea nunca más a sus hijos y el siguiente paso es cambiarles los apellidos. No tiene derecho a nada después de lo que ha hecho". Sinaí Giménez es gitano, despliega una educación exquisita al hablar pero sus palabras son rocosas, sin concesiones. Nada de medias tintas. Es el secretario general de la Sociedad Gitana de Galicia y se ha convertido en la voz de otros Jiménez, estos con jota, la familia de Lupe, asesinada por su marido la pasada semana en La Coruña. Para las estadísticas es un crimen de violencia de género, con maltrato previo no denunciado; ellos no quieren que sea catalogado así y de hecho los hijos (ha dejado seis huérfanos, cuatro de ellos menores de diez años) han renunciado a una ayuda económica para las víctimas de crímenes machistas, ofrecida por la Xunta, porque consideran que de esa manera niegan cualquier derecho al padre, José Luis Cortiñas, ya encarcelado. 

Conversar con Sinaí me ha hecho reflexionar sobre este tipo de violencia de la que no escapa ningún grupo social, ninguna etnia, y cómo afecta a las mujeres gitanas. Desde 2009 existe un grupo de violencia de género, creado en el seno de la Fundación Secretariado Gitano, y que cuenta desde hace un par de años con un protocolo específico para ayudar a las víctimas. Pero frente a esos avances, se imponen atavismos difíciles de quebrar. Lupe es un ejemplo. Estaba embarazada de su séptimo hijo y su marido la acusaba de que ese hijo no era suyo. Ella le había ofrecido que en cuanto naciera la criatura le hiciera una prueba de paternidad. A él no le sirvió. 


EL FARO DE VIGO       *Gustavo Santos


El maltrato había empezado mucho antes. Una mujer acudió a denunciarlo hace unos meses. Cuando la juez preguntó a Lupe, ella lo negó. "No quería delatar a su marido, llevaban más de veinte años juntos. Tenían seis hijos y dos nietos. Hizo lo que hacen las gitanas: pedir ayuda a la familia", explica Giménez. La mujer acudió a sus cuñadas y a su suegra en busca de apoyo. Se lo negaron, le decían que mentía y que estaba loca. Ahora, los parientes de ella y también los patriarcas culpan a los que no la escucharon cuando estuvieron a tiempo, por eso los han desterrado de las provincias en las que se puedan encontrar con allegados de la víctima. Ellos lo denominan "orden de alejamiento". Pero no la ha dictado un juez, le insisto. "Los jueces a veces aprenden de nosotros", me suelta Sinaí sin inmutarse. 

"Si la ayuda de la familia no sirve, se acude a los patriarcas, al consejo de ancianos y si después de intentarlo todo eso tampoco vale, entonces la mujer puede separarse. Pasado un tiempo, cuando se vuelva a casar él, ella también puede hacerlo. Hay muchas gitanas divorciadas", aclara Sinaí Giménez. La costumbre presidiéndolo todo. Le reitero que Lupe negó a la juez que sufriera malos tratos. "Es nuestra forma de actuar y casi siempre funciona". Sinaí parece tener respuesta para todo. "Mire, los gitanos no matamos a nuestras mujeres ni a nuestros hijos. Va contra la naturaleza". No es el primer caso, y le recuerdo dos antiguos crímenes en Madrid y Alicante. "Esos casos se analizaron en las Asambleas nacionales y se supo que ellos no eran gitanos puros, tenían mezcla".  

Merece la pena la charla con Sinaí, mientras al fondo se oye a los niños de Lupe y a sus hermanas. Acabamos hablando del papel de la mujer gitana (su hermana me atendió pero rápidamente le pasó a él el teléfono excusándose por no saber lo que debía decirme); del culto (la Iglesia Evangélica en torno a la cual gira la vida de muchos de ellos) y, por supuesto, de la víctima que dejó a su familia en Vilaboa (Pontevedra) para ir a vivir a Lugo cuando se casó siendo casi una niña. Allí volvió para buscar refugio. Pero nada le sirvió ante la furia ciega y los ardides de su marido, el padre al que los hijos han jurado no volver a ver. "Más vale que cualquiera de ellos se aleje si hay un pariente de la pobre Lupe cerca", dice Sinaí, al tiempo que insiste en que el destierro persigue evitar la venganza y devolver la paz a las familias. Palabra de caló.  

Os dejo este enlace sobre el trabajo en igualdad de género que desarrolla la Fundación Secretariado Gitano. Me gusta el título del vídeo "Sinelo Romí" (Soy Mujer)

http://www.gitanos.org/que-hacemos/areas/igualdad_de_genero/index.html

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