martes, 18 de junio de 2013

BRETÓN NO ES UN SUICIDA



José Bretón lleva veinte meses en la prisión de Alcolea, 600 días incluido en el protocolo de prevención de suicidios. Pero si algo dejó claro ayer el acusado de matar a sus hijos es que no tiene ninguna intención de quitarse la vida, pese a su paripé de sollozo ahogado (a saber cuántas veces habrá ensayado en la celda) y su imagen de padre roto por la ausencia. "Quiero a mis hijos con locura. Yo ahora no tengo vida", proclamó mirando al Jurado en busca de un asentimiento de padre o madre que no le devolvió ninguno de las once personas allí sentadas. 

Bretón sigue teniendo un preso de apoyo y restringidos sus movimientos  porque el psicólogo de la prisión sostiene que existe riesgo de suicidio. La sensación tras oírlo durante cuatro horas, sentada a su espalda y a menos de dos metros de distancia, es que si algo le importa a Bretón en la vida es su propia vida. A duras penas contuvo sus ramalazos de desprecio hacia su exmujer; no los controló en absoluto cuando la fiscal lo acorralaba con argumentos irrebatibles (informes periciales) o con frases demoledoras que le señalan directamente como a un asesino cruel capaz de drogar y asesinar a sus niños y se le desataron, casi con furia, cuando la letrada de Ruth Ortiz iba a tomar la palabra. La llamó mentirosa y pretendió entablar un diálogo con ella que el presidente de la Sala cortó de raíz. 

"Usted no es el abogado", le reconvino. Porque por momentos, varios, parecía serlo, dominar el espacio e impartir doctrina a sabiendas de que se ha estudiado el sumario, de que se ha escabullido hasta ahora, de que su letrado le ha aleccionado bien o él ha aleccionado a su letrado... 

Dicen los médicos que tiene un cociente intelectual de 121. Intentó no parecer muy listo ayer porque sabe que no le conviene, pero si la inteligencia tiene que ver con el autocontrol Bretón se reveló como un avezado maestro. Ni una sola vez exhibió sus manos, apoyadas en el regazo. Ni una sola se giró para mirar al público y los periodistas que abarrotábamos la Sala; ni una bajó la mirada. No es fiero, pero causa pavor imaginarlo junto a la hoguera en la que, según la acusación, vertió más de 270 litros de gasóil. 


lunes, 17 de junio de 2013

BRETÓN: "LA FORENSE HA SIDO PRESIONADA"

José Bretón, en el primer día de juicio

"José es rencoroso y es de los de ojo por ojo y diente por diente con todos los que le hagan algo. Es un psicópata, frío y calculador". Son palabras de Ruth Ortiz, que estuvo casada con él nueve años y le dio dos hijos. "Es celoso, envidioso, obsesivo, machista, intolerante, nada comprensivo, no es cariñoso, no es atento, no es detallista, percibe perfectamente los defectos y debilidades de las personas y los destaca". Así describió en una carta Ruth al que todavía era su marido legalmente. Pero no es la única.

Los primeros días, tras la desaparición de los pequeños Ruth y José, cuando todo apuntaba a que los niños estaban muertos pero aún planeaba la cautela y la esperanza, los investigadores más avezados se mostraban sorprendidos. "No me he encontrado a un individuo como este en mis años de policía. Raro es poco. Hablas con él y parece que estás hablando con una puerta. Luego te suelta unas barbaridades tremendas y a ella (Ruth) la odia. Eso es lo que más nos preocupa. Pinta a venganza". 

Yo insistía e insistía en que si había alguna posibilidad de que los niños estuvieran vivos. Las miradas de los agentes eran pura elocuencia. "Ojalá", era la respuesta como una consigna. "¿Pero está loco, tiene algún trastorno?", volvía a la carga. "No está loco. Es malo. Es capaz de eso y más". 

Hoy hemos visto de nuevo a José Bretón, que carecería de cualquier encanto a ojos públicos incluso si no estuviera acusado de asesinar y quemar a sus hijos. Con su camisa primorosamente planchada (sus padres le visitaron el domingo en la cárcel), su pelo de raya marcada y su ganancia de peso gracias al buen rancho de prisión el tipo no movió un músculo sabiéndose observado y odiado por media España. 

Cada vez que lo veo o escucho no puedo evitar la frase del curtido investigador: "Capaz de eso y más". La relectura de algunas partes del voluminoso sumario del caso me causan escalofrío. "La forense ha sido presionada para cambiar el informe", les dijo en octubre pasado al doctor Jaquotot, coordinador de Psiquiatría del Hospital Reina Sofía de Córdoba y al doctor Sáez, forense del Instituto de Medicina Legal de esa provincia. Lo habían examinado diez meses antes: "Ya no se muestra tan atento ni tan amable, ni colabora en la misma medida en la entrevista. Por el contrario, se muestra suspicaz, desconfiado y duda abiertamente de la imparcialidad de estos peritos". 

Bretón duda de todos: juez, policías, forenses, psiquiatras... "no sé qué mentes están detrás de todo esto", les dijo. Los médicos estudiaron la posibilidad de que tuviera una alteración del pensamiento. Pero no: "tras un análisis minucioso se descarta cualquier tipo de psicopatología en este sentido". Tampoco tiene afectado su nivel de conciencia o memoria. No está loco, no... Así que vuelve a recobrar su posición la frase del policía que miró a Bretón a los ojos y supo que mentía.

martes, 4 de junio de 2013

DELINCUENTES CON TOGA


Giuseppe Polverino, jefe del clan Camorrista, y su lugarteniente Raffaele Vallefuoco 

Un centenar de detenidos. Esa es la cifra que se puso sobre la mesa en una reunión mantenida hace dos semanas en la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Los anfitriones recibieron a sus colegas italianos, a dos fiscales antimafia de Nápoles, a otros dos españoles y al juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco. Una cita "curiosa", como la define uno de los asistentes. Los objetivos en España eran veinte y ya están los guardias civiles trasladándolos por tandas y había otra docena de delincuentes que viven aquí y a los que Italia pidió capturar. Están los dos lugartenientes del clan Polverino, Camorra napolitana en estado puro de esa que intenta poner el Estado a sus pies. Controlaban las rutas de la droga al milímetro, a los proveedores marroquíes, a los transportistas españoles, a los receptores italianos... Y una vez que la droga había hecho el viaje de ida, las toneladas de dinero de ganancias volvían a España para colarse en el ladrillo y las sociedades opacas.

Entre la lista de detenidos españoles hay uno que dará que hablar. Un abogado de Fuengirola (Málaga) Juan G. B. que está considerado no solo el letrado de la organización criminal para defender a los detenidos (algunos tienen un largo historial), sino que participaba de forma activa en el tráfico de drogas poniendo dinero de su bolsillo para comprar el hachís y haciéndose cargo de la pasta en efectivo que regresaba a España para volver a adquirir más y más estupefaciente. Ya en el año 1995 fue condenado en Málaga por falsificación de documento público y tiene otras dos condenas más recientes por írsele la mano. 

Los agentes de la UCO han comprobado de nuevo esta mañana lo amiguito que es del jefe mafioso de la paranza o célula de Málaga, Massimiliano D'Aria, con quien acabó la noche de juerga en compañía de dos prostitutas en la casa de San Pedro de Alcántara de las chicas. No sé cómo reaccionó cuando los guardias civiles entraron en tromba en la vivienda hace un rato pero está claro que no se lo esperaba o habría regresado a dormir a su casa o a otro lugar... http://www.abc.es/espana/20130604/abci-mafia-camorra-marbella-201306041031.html

Sus relaciones con los hombres de Polverino vienen de atrás. De hecho, empezó a trabajar con Fabio Allegro, que ya fue arrestado y sustituido por D'Aria y Doménico Panella, este último reclutador oficial de españoles y suramericanos. 

Una vez más, y de forma evidente, la toga aparece al servicio del crimen organizado. Son ya muchos. Hablamos de ellos en "Palabra de Vor. Las mafias rusas en España" y seguimos escribiendo en ABC casi todas las semanas. No son abogados que defienden a criminales (legítimo derecho), sino abogados que ejercen como un miembro más de la organización. Son españoles y quizá hasta le han defendido a usted.